Capítulo 2. Juguete

364 45 23
                                    


En el mundo es fundamental conocer el olor de cada habitante, este olor siempre va de acuerdo con la personalidad del individuo, y con ella, se liga una estación del año. Louis conocía eso perfectamente bien, recuerda a las instructoras del orfanato explicándoselo a detalle.

Alfas y omegas con esencia primaveral suelen ser alegres, parlanchines, extrovertidos, y en muchas ocasiones enamoradizos; presentando olores como rosas, lavanda, manzanas, flora perteneciente a esa estación. Louis recuerda haber conocido pocos omegas primaverales.

Las personas con olor a invierno, como el, presentan un carácter fuerte y se caracterizan por ser tercos, orgullosos, reservados y desconfiados. Obviamente esto no era una regla, dependía también de la niñez de cada ser y las situaciones por las que han pasado, el omega lo tenia bien claro y se enorgullecía ser un omega invernal. Según encuestas recientes, es el tipo menos frecuente de estación presente en el planeta y a su vez la mas codiciada.

Esta de mas decir que actualmente el omega se sentía decepcionado de que la persona que completaba su invierno era un alfa invernal nivel 7.

Sencillamente no podía entenderlo, ¿Por qué el universo lo enlazó con un patético, e inútil alfa nivel 7? ¿Qué karma estaba pagando? Desde que tenia quince años ha sometido a una gran cantidad de alfas de alto rango y poder, y en el fondo, tanto el como su omega, esperaban que su alfa fuera, específicamente, nivel 9. Le hubiera llenado de orgullo tener a un formidable alfa bajo su disposición, sin ser obligado claramente, que sea suyo porque así lo quería el destino.

Chóclate amargo en combinación con fragancia de pinos, así olía el alfa. Recuerda que al percibirlo se sintió morir, ¿su persona? Decepcionada, ¿su omega? extasiado.

-Simplemente no puedo creerlo- habló a la nada, perdido en sus pensamientos.

Es tan maravilloso como la naturaleza conecta más allá de cuerpo y alma a cada especie. Desde aquella clase en el orfanato le resultó interesante que un alfa y un omega se complementaran únicamente por su olor, siempre quiso saber a qué olería su otra mitad; hoy lo supo, chocolate amargo y pinos. Louis se encontró cayendo en un abismo mientras recordaba el sentimiento que le dejó aquella fragancia, esperaba más, mucho más.

Por otro lado, no podía ejercer control alguno sobre su lobo, quien le imploraba ir hacia su habitación, embriagarse de aquel aroma y someter al alfa; no seria complicado, es débil, pensó. Negó con la cabeza, no lo aceptará como su alfa, no podía dejarlo ir debido a que una vez encontrados, sus lobos dependían del otro, aullarían por el aroma del contrario. Ni en los celos, pensó, prefiero morirme de agonía que tener dentro un nudo tan blando y sin valor.

-Louis William Tomlinson- el mencionado volteo a ver a su amigo, quien se encontraba observándolo en silencio desde que ingresó a su habitación. -encontraste a tu alfa, ¿eh? - se mofo Niall. No tenia que haberle dicho nada.

-Primero- comenzó con voz amenazadora. - No digas ¨tu¨, porque no lo considero mío, y segundo, no quiero hablar del tema. – gruñó- En vez de sonreír como el idiota que eres, haz algo útil. ¿Cuántos barcos parten para Australia?

Su amigo tras voltear los ojos se dirigió al pequeño velador ubicado a la esquina de su cama, para sacar una tableta. - Dos.

El omega simplemente asintió concentrándose en su celular, ignorando completamente al alfa que ahora se encontraba haciendo llamadas importantes.

- ¡Mierda! - se quejó tras unos minutos, cuando pac-man fue la cena del fantasma rojo. - como detesto este juego. - susurró.

-Louis, en florida han capturado a 38 objetivos enlistados e investigados anteriormente, acusados por trata, violación, abuso del poder y lazos rotos. - el alfa rubio se acercó a él mostrándole estadísticas y rostros de los alfas.

Domador de AlfasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora