Capítulo 3. Naturaleza

393 44 38
                                    

3

No había comido ni un bocado en dos días. Los inútiles de sus trabajadores se tomaron exageradamente enserio eso de ¨castigo¨. Pasaban las 8 y treinta de la noche, y el joven omega se encontraba dando pasos apresurados hacia donde yacía el alfa. Había escuchado por parte de Niall que el pobre alfa no había recibido mas que 2 vasos de agua en esos dos, casi 3, días.

El omega desprendía feromonas de rabia, su normal aroma a chocolate y galletas almendradas se vio remplazado por ciruelas con un pequeño, pero perceptible, rastro de flor de pascua, sinónimo de preocupación. Su lobo estaba tan desesperado, arañaba sus entrañas en queja, dejaron a su alfa sin cuidado alguno; que irresponsabilidad. Sin ser consciente aceleraba cada vez mas el paso hasta terminar corriendo, maldiciéndose por dejar su preocupación y apuro en evidencia, giró por el ultimo pasillo y ahí se encontró con la tan anhelada puerta. Antes de entrar, recuperó el aliento y se tranquilizó lo más que pudo, no pude notarse agitado frente al alfa.

Abrió la puerta y su corazón se cuarteó un poco. Oh alfa. Harry lucia tan débil, inclusive pequeño con todas esas cadenas a su alrededor. Días atrás cuando le quito la camisa y el bozal, asumió que sus trabajadores se los pondría de vuelta, pero no. Solo el bozal estaba puesto, el pobre alfa tenía su pecho desnudo, temblando ligeramente del frio; lo cual en otro momento sería un blanco fácil para burlarse, pero no en esta situación, sin haber sido alimentado, deshidratado, seguramente mojado por su propia orina y aguantando los días más fríos de Londres, se encontraban a dos grados. Secretamente le impresiona como a pesar de estar en esa situación seguía despierto. Dio media vuelta, observando a un trabajador que estaba alimentando a los prisioneros de otras celdas, deseaba insultarlo, inclusive golpearlo por tal descuido con su alfa, pero logró controlarse.

-Informa a la torre principal, que quiero mi tina llena, caliente, a una temperatura de cuarenta grados, un mini buffet con todos mis platos favoritos. De preferencia que los cocine Samantha, tienen cuarenta y cinco minutos. - ordenó susurrando, ya que no quería ser escuchado por su alfa, recibiendo un asentimiento por parte del trabajador.

El omega ingresó nuevamente en aquel frio cuarto, luchando contra el impulso de su omega, ir corriendo, desencadenarlo y calentarlo con su calor. Siendo inconsciente de sus acciones soltó un gimoteo que liberó feromonas llenas de preocupación, infestando la habitación de esencia pascual con su tan conocido veneno. El alfa lo miraba atento a cada movimiento y respondió con un ligero gruñido en un intento de calmar a su omega. En ese momento Louis se dio cuenta de la situación, vio cada acta en cámara lenta sintiéndose caer en un agujero profundo dentro de sí. Siendo encerrado por su omega.

Sin emitir palabra alguna, el omega se acercó. Primero con paso vacilante que poco a poco se fue llenando de seguridad. Se agachó frente al alfa, quien se encontraba de pie, colgando de las cadenas. Digitó el código correspondiente que liberó sus pies, luego se dirigió a sus brazos y finalmente a su cuello, el cual se encontraba con ligeras líneas por las cuales se escurrían finas gotas de sangre. El omega acarició ligeramente su rostro antes de retirarle el bozal, observando la resequedad de aquellos labios, y la irritación de sus comisuras, gruñó. Su alfa había sido lastimado, su alfa estaba herido por algo que el no ordenó.

Harry por su lado, se encontraba hipnotizado, embriagado por el olor de su destinado. Seguía confundido, quizás ahora aumentando lo de enojado. La tranquilidad del lugar se vió interrumpida por un estruendo, la puerta había sido abierta de manera abrupta, sacando a ambas personas de su burbuja. Harry dirigió rápidamente su mirada hacia la entrada de la habitación, observando a un alfa rubio, al alfa que lo intercepto en el puerto de florida y capturó. Sin ser consciente comenzó a gruñir, enseñando sus dientes y adoptando una actitud retadora, podía estar débil, pero se había enfrentado a varios alfas nivel 9 en situaciones peores, y obviamente había vencido.

Domador de AlfasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora