Capítulo I

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Desde muy temprano, con los primeros rayos de sol surcando el horizonte, los habitantes del Reino de Paradis iniciaban sus actividades bajo la protección de sus deidades guardianas. El movimiento comercial era el más evidente tanto a nivel portuario como terrestre, siendo visibles grandes caravanas provenientes de otras tierras que ingresaban y otras del propio reino que salían rumbo a distintas partes del continente.

Era en determinados momentos del día en los que, debido a la gran cantidad de mercaderes que circulaban por las estrechas calles de la capital, se producían altercados que alteraban la normalidad, por lo que los soltados del rey siempre estaban al pendiente para evitar aquello y mantener el orden.

Esa era la cotidianidad que se vivía y a la que muchos ya estaban acostumbrados, pero en una ocasión una comitiva que llegaba del norte llamó la atención de algunos, los cuales miraron curiosos a los caballos de raza singular y, sobre todo, a las personas elegantes que los montaban.

Entre las que se encontraba cierto azabache de mirada azul como el océano.

Levi Ackerman nació en el seno de una familia noble en el Reino de Stohess que descendía directamente de uno de los clanes fundadores, el cual era bastante respetado y participaba activamente en las decisiones que los monarcas de turno tomaban respecto a diversos temas cruciales tanto a nivel interno como externo, referido este último a las relaciones diplomáticas con los reinos vecinos.

Conocido también como el Linaje de Alquimistas dada su historia a lo largo de los años, gozaba de una vida cómoda y sus integrantes siempre se mostraban predispuestos a ayudar a las personas con su conocimiento y sabiduría ancestral. Eran muchos los que recurrían a ellos para buscar consejos o aprender sobre ciencias que antes ni siquiera se las consideraban como tales, pero un suceso repentino hizo que sus momentos de paz y tranquilidad se vinieran abajo, dejándolos en un limbo de zozobra latente.

Levi tenía tres años cuando estalló un levantamiento subversivo en la ciudad capital dirigido por los rebeldes que estaban en contra de la Corona. Convenciendo a determinados grupos sociales para que se unieran a su causa a cambio de promesas de distinta índole, formaron un frente numeroso que se hizo de armas y enfrentó al ejército real en una batalla que derramó mucha sangre y perturbó por completo la calma de todos los habitantes.

Había intereses específicos de por medio como lo mencionó una vez el rey, ligados a estratos de la sociedad que querían llegar al poder a cualquier costo. Se buscaron formas de llegar a consensos y detener la violencia que no los llevaba a ninguna parte, pero los rebeldes continuaron propiciando el caos hasta que, por iniciativa de uno de sus líderes, empezaron a atacar a todo el Clan Ackerman.

¿La razón de ello? Básicamente tenía que ver con la alta influencia que poseía, además de que era la tercera fuerza más grande al servicio de la monarquía que representaba un gran obstáculo para su llamada "lucha por el cambio".

Si el clan desaparecía, el rey se debilitaría y les sería más fácil lograr su objetivo, por lo que iniciaron una violenta persecución en contra de todos sus miembros, sin importarles que algunos de ellos fuera personas indefensas como niños, mujeres y ancianos.

Verdaderas masacres se vivieron por doquier y parecían no tener fin, siendo este el escenario apocalíptico que tuvieron que vivir Levi y su madre Kuchel por varios días, encerrados en el sótano de su casa para evitar ser encontrados y correr con la misma suerte que sus familiares y amigos.

—Es mejor que abandonen el reino —les sugirió una vez Kenny, hermano de la azabache y comandante del ejército real.

—No —contestó Kuchel.

—¿Acaso planeas vivir aquí por siempre? No seas testaruda, mujer. Sabes muy bien cuál es la situación y es muy poco probable que mejore a corto plazo.

ENTRE CEREZOS Y ROSAS NEGRAS (RIVAMIKA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora