Después de haber abandonado los aposentos de Mikasa, Levi se dirigió a los suyos para dar por finalizado ese día relativamente tranquilo. Una vez allí, se cambió de ropa, guardó su traje en el armario y apagó las luces para luego caminar a su cama y meterse entre las cobijas. Mientras intentaba conciliar el sueño, pensó nuevamente en la reciente situación con la azabache que lo confundió tanto como a las damas y que de cierta forma le preocupó, pero no tardó en dejar ese tema de lado y voltearse, cerrando sus ojos y dejándose llevar hacia el plano onírico...
Hasta que un pequeño ruido activó sus sentidos.
Al tener el sueño liviano, no tardó en despertarse y sentir que unos pasos se acercaban, por lo que abrió lentamente sus orbes y divisó una figura a un par de metros, la misma que reconoció y confirmó cuando encendió la lámpara ubicada en la mesita de noche a un costado.
—¿Mikasa?
El tono de sorpresa fue evidente en su voz, levantándose poco después cuando ella acortó más la distancia hasta quedar al frente suyo.
—¿Sucedió algo?
No obtuvo respuesta. Simplemente la vio inclinarse y apoyar las manos en sus hombros al tiempo que un brillo particular y cargado de diversión resplandecía en sus luceros.
—¿Hay alguna cosa que necesites? —volvió a preguntar.
—Sí —susurró y sonrió de lado—. A ti.
No tuvo tiempo de decir más ya que, en menos de un parpadeo, se abalanzó sobre él y unió su boca con la suya en un beso lento. Un tanto asombrado por tal arrebato, tardó un poco en corresponder, pero no pasó mucho para que ella se separara un poco y tomara su mano derecha.
—Tócame.
—¿Eh? —la miró confundido.
—Me siento acalorada y con ganas de algo de acción —llevó la mano de él a su cuello, moviéndola a través de sus pechos hasta detenerla en su vientre, haciendo que se tensara—. ¿Acaso tú no?
Sus orbes adquirieron un tono oscuro y hambriento, aumentando el desconcierto del azabache quien se quedó sin palabras y alcanzó a espabilar cuando ella lo empujó, obligándolo a acostarse.
"El alcohol la está haciendo actuar de esta forma".
—Mikasa...
—Quiero sentir tus grandes manos recorriéndome toda —se sentó a horcajadas sobre él.
—Detente. No sabes lo que estás haciendo.
—Claro que lo sé —sonrió coqueta y se agachó para besarle el cuello—. Solo quiero un momento de diversión con mi encantador y sexy caballero.
—Mikasa, esto no está bien...
—Cierra la boca y úsala para complacer a tu novia sin reproches —susurró cerca de su oído mientras sus manos se movían a los botones de su camisa.
Pero dicha acción fue el detonante para que él, luchando contra las sensaciones provocadas por cada toque, la tomara de los hombros y la alejara, justo en el instante en que ella capturó sus labios en un beso feroz y urgido.
—Dije que te detengas. Basta de este comportamiento arrebatado y desaprobatorio porque esta... esta no eres tú —dijo con la respiración un tanto agitada.
Se quedaron unos segundos en silencio, sin apartar la mirada pero con los ojos de la azabache ensombreciéndose hasta denotar decepción y tristeza.
—Debí imaginar que esto sucedería —se levantó ella.
—Mikasa...
—No, no, no. Ya me quedó más que claro —retrocedió un par de pasos—. No me ves como una mujer, sino como una niña, la princesa tonta e inmadura que no hace más que fastidiarte la vida.
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ENTRE CEREZOS Y ROSAS NEGRAS (RIVAMIKA)
Fanfic"Eres un poema en el desierto, una joya sencilla celosamente custodiada a la que quiero atesorar por siempre... Y, por ello, te salvaré de ese cruel destino que te aguarda". Él es un noble, conocedor de muchas ciencias que llegó a servir al reino de...