¿Podría acaso describir la sensación que lo embargó cuando fue testigo de aquella muestra de afecto?
Desde una perspectiva, quizá no pasaba de ser algo inofensivo, producto de las circunstancias, pero para él fue como un golpe, un detonante abrupto que lo perturbó hasta lo más profundo de su ser.
¿Qué lo llevó exactamente a ese punto? Para entenderlo, hay que echarle un breve vistazo a los antecedentes.
Hace algunos días, cuando Erwin le comentó que había llegado la comitiva del Reino de Liberio en una visita un tanto sorpresiva, imaginó que se debía a cuestiones netamente diplomáticas, como solía suceder con otras naciones para afianzar las alianzas o establecerlas en ámbitos de interés común, y aunque sí le resultó un tanto curioso dado que nunca antes se había dado un encuentro oficial de este tipo por razones que desconocía, eso no fue impedimento para que se acercara y les diera la bienvenida, compartiendo un par de charlas con el rey y el príncipe que se mostraron muy amigables y agradecidos por el buen recibimiento.
Las interacciones con la reina tuvieron un tinte más breve y menos ameno ya que se negó en repetidas ocasiones a participar en conversaciones que duraran más de cinco minutos. Su actitud le pareció un misterio ya que era completamente diferente a la de los varones de la Corona, pero no le prestó mayor atención y se enfocó en sus actividades hasta que el soberano de Paradis convocó a todos los integrantes de la corte una noche para hacer un anuncio especial.
El mismo que generó una serie de reacciones de distinta intensidad.
Para la mayoría de los nobles presentes, escuchar que la princesa se había comprometido con el príncipe de Liberio fue una noticia tan repentina que los dejó por varios instantes en silencio, presas de la sorpresa. Estaba de más decir que no lo vieron venir, y aunque fue inevitable que se preguntaran en qué momento las dos Coronas se pusieron de acuerdo, pronto fueron contagiados por la alegría de su líder y comprendieron el potencial beneficio que esa alianza traería para su nación.
La celebración con brindis no se hizo esperar en medio del ambiente encendido y animado. Sin embargo, aquella emoción más que justificada no fue compartida por Levi, quien decidió mantenerse al margen mientras luchaba con la perplejidad ocasionada por dicho acontecimiento y trataba, con dificultad, de asimilarlo.
No era ninguna novedad que los miembros de las familias reales recurrieran a matrimonios arreglados con el fin de fortalecer las relaciones entre reinos o imperios. Era una práctica bastante común de acuerdo a los registros históricos y bien vista por la mayoría de personas, pero en este caso particular que involucraba a Mikasa y la unía con un joven que no conocía...
Un sabor amargo se apoderó de su boca, molestándolo y provocando que su buen humor se fuera por la borda.
En los días posteriores, la situación no le dio ni un minuto de respiro. Las clases habituales fueron suspendidas por petición de los soberanos, y aunque trató de entender las razones de ello, simplemente le fue imposible y no le quedó más remedio que acatar la orden por más que no estuviera de acuerdo.
Muy en el fondo sabía que no había malas intenciones detrás de todo y que los reyes solo buscaban el bienestar de su hija. De hecho, si lo pensaba mejor, no era algo de su incumbencia, pero por más que intentaba no darle demasiadas alas al asunto, era inevitable que le fastidiara ver a Mikasa junto al príncipe merodeando por el palacio como si fueran grandes amigos y se conocieran de toda la vida.
Fingir que todo estaba bien y saludarlos como si nada representó un gran reto, pero lo peor vino diez días después cuando vio algo que hubiera preferido evitar a toda costa.
Sucedió en las horas anteriores a la puesta de sol un viernes. Por petición de la reina, emprendió una breve búsqueda de la princesa para transmitirle un mensaje importante. Recorrió varios lugares en los que, supuso, podría encontrarla, pero al no tener éxito optó por preguntar a algunos de los sirvientes hasta que se cruzó con Petra en el pasillo de la zona administrativa.
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ENTRE CEREZOS Y ROSAS NEGRAS (RIVAMIKA)
Fanfiction"Eres un poema en el desierto, una joya sencilla celosamente custodiada a la que quiero atesorar por siempre... Y, por ello, te salvaré de ese cruel destino que te aguarda". Él es un noble, conocedor de muchas ciencias que llegó a servir al reino de...