¿Podía describir lo que sintió al leer aquellos versos?
Cuando extendió la hoja y reconoció las primeras líneas, fue inevitable que sus ojos repasaran una a una las siguientes en un minuciosos análisis. Admitía que eran, quizá, lo más lindo que pudo haber leído, pero a medida que fue avanzando algo en su interior se sacudió, algo que le provocó cierta calidez y desconcierto al mismo tiempo y que hizo que, inesperadamente, sus orbes comenzaran a cristalizarse.
¿Por qué le daba la sensación de que esa composición iba dirigida exclusivamente a ella? No lograba comprenderlo, pero cuando se fijó en la dedicatoria todo estalló, siendo el detonante para que las lágrimas empezaran a rodar por sus mejillas sin poder controlarlo.
Vagamente escuchó la voz del marqués, como si estuviera muy lejos, y aunque tardó algunos minutos en salir de su estado de ensimismamiento, no logró dejar de llorar por más que lo intentó.
Ello confundió y preocupó a ambos rubios, pero antes de que pudieran decir o hacer algo, reaccionaron rápido cuando repentinamente se tambaleó, sujetándola cada uno de un brazo.
—Princesa, ¿qué sucede?
—Yo... —movió apenas la cabeza y miró nuevamente la hoja que sostenía en su mano derecha—. Lo siento, pero debo...
No dijo más y se soltó de su agarre para luego dirigirse a la puerta y salir, sin hacer caso a los llamados de Annie quien se quedó más consternada al igual que Armin.
—No entiendo qué acaba de pasar.
—Mmm... —el rubio se cruzó de brazos, analizando la situación hasta que una no tan descabellada idea cruzó su mente—. No me digas que... —susurró solo para sí.
—Deberíamos ir tras ella —sugirió Annie e hizo ademán de moverse, pero Armin se lo impidió.
—Descuida —dijo él en un tono tranquilo—. Va a estar bien.
—¿Cómo puedes estar tan seguro de eso?
—Pronto lo verás. Solo confía, ¿sí? —sonrió.
Ella no estaba muy convencida, pero decidió otorgarle el beneficio de la duda y suspiró mientras él miraba una vez más en dirección a la puerta.
"¿Será que está por suceder un milagro?", se preguntó y volvió a sonreír. "Espero de todo corazón que sí".
Por otro lado, Mikasa llegó a sus aposentos a paso apresurado e ignorando a todo aquel que se cruzó en su camino. Una vez adentro, se dirigió casi de forma inconsciente a su baúl y lo abrió, rebuscando entre sus cosas hasta hallar la hoja enrollada con cinta que vio hace varios días. La tomó y deshizo el lazo que la envolvía, y aunque no estaba segura de qué la motivaba a hacer eso, simplemente se dejó llevar por esa vocecita en su interior y la desplegó con cuidado, posando sus orbes en lo que allí se encontraba.
Cuando nadie ve
Soñé un verano que se hiciera eterno
Desde el momento en que vi tu mirada
Me derretiste con esa mirada
Pero el verano se volvió un invierno
Cuando vi que otros brazos te esperaban
Me congelé mientras yo te esperaba
Y ahora entiendo cuál es mi papel
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ENTRE CEREZOS Y ROSAS NEGRAS (RIVAMIKA)
Fanfiction"Eres un poema en el desierto, una joya sencilla celosamente custodiada a la que quiero atesorar por siempre... Y, por ello, te salvaré de ese cruel destino que te aguarda". Él es un noble, conocedor de muchas ciencias que llegó a servir al reino de...