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Mamá me había pedido viajar con ellos a Monza, sinceramente no tenía ganas de pelear con nadie después de mi "episodio" con Charles. Se habían filtrado videos de el y yo discutiendo.

—¿Liz que pensabas hacer para tu cumpleaños? —pregunta mi mamá.

—Verdaderamente no tengo mas idea que hacer. —digo ya no me gusta mucho hablar del tema.

—Tendrías que, pensarlo por ahí podríamos hacer algo. —dice mamá. —En Mónaco claro.

—Tenia pensado quedarme en Inglaterra hasta que termine el embarazo. —dije a todo las personas del avión me miraron descontados.

—No lo sabía. —contesto.

—La tomamos hace poco con Pierre. —dije.

—¿Hija estás segura de lo que decís? —pregunta mamá.

—Si, en dentro de poco nos van a entragar la casa que compramos. —digo pensado la conversación que tuvimos Pierre y yo hace unos días.

—Me parece, muy bien que sigas a delante con tu vida hija. —dice mirando con felicidad.

—Es lo que más quiero en el mundo, es estabilidad y el me la da. —digo. —Es muy complicado para unas personas. —digo en un murmuró bajó.

—Si quieres lo puedes hablar en voz alta. —dice Charles atacando.

—Nuncá hable de voz. —respondí.

—Hacete la tonta por segunda vez que se te da muy bien. —dice de muy mal humor.

—Charles, no le digas esa cosas a ella. —dice su mamá retandolo.

—Dejalo Lele, ahí algunos que viven en el pasado. —suspiró.

—¿Encima decís eso? —pregunta charles.

—Digo cosas bazadas en los hecho. —contesto.

—Ya dejen de contestar, ustedes son personas maduras, y no se que miércoles allá pasado con los dos pero no discutan más. —dice mi mamá ya arta de la situación.

...

Había pasado, unas horas desde que llegamos a Italia para ser verdad me en encanta este lugar, es como mi segunda casa me recuerda mucho a Argentina.

Me estoy terminando de arreglar y escucho mi puerta tocar.

—¿Quién es? —prguntó.

—Soy Charles, ¿Puedo pasar? —me pongo nerviosa ante su aparición.

—Si venis a discutir o a decriminar algo te podés ir. —respondó.

—No vine a discutir, podemos hablar a dentro y abrir la puerta. —dice

—Listo. ¿A qué viniste? —digo al abril la puerta.

—Linda habitación. —dice la entrar.

—No viniste a ver la habitación.

—No vine a ver a la persona de adentro. —responde.

—¿Y qué quería? —preguntó.

—¿Cuantas semanas tenes de embarazo? —pregunta repentinamente.

—Como siete o ocho semana. —respondo.

—Si las fechas no me fallan, estamos en septiembre y el bebé fue concedido a fines de julio. —dice con una sonrisa.

—¿Y a qué vine ese cálculo y esas sonrisa?—ya a éste punto me asustaba lo que podría decir él.

—Esé bebé, pude ser mío, y si lo llega a hacer voy a luchar por el y por vos. —dice en modo de amenaza.

el men lo dijo que re seguro que asusta.

—No te miento ahí chances de que sea tuyo, pero a mí ya me perdiste, me voy a casar y se llegará a ser tuyo, la única relación que podríamos llegar a tener es de padres que crían a un hijo. —digo.

—¿Tan segura de lo que dices? —dice con una acercamiento brusco hacía mí.

—¿Si por qué mentiría? —pregunto a centímetros de sus labios.

—Sos de la mejor mintiendo.

—¿Porqué tan seguró? —preguntó.

—Porqué se que si te beso me vas a corresponder. —dice confíado.

—Haber pruebalo. —lo pongo a prueba.

Cierra los pocos milímetros de nuestro labbios y es una beso muy cautivo, con desesperación. Vamos caminando hasta la cama besándonos a la vez.

—Si te vas a repetir y después me vas a puterar es mejor que paremos. —advierte el.

—Sigue. —respondo, y el vuelve con el beso manos van bajando hasta mi remara pero suena la puerta.

—¿Quién es? —preguntó.

—Sono io amore mio, sei pronto per andare a cena? —pregunta pierre detrás de la puerta.

—Proprio adesso? —murmura charles a lo bajo.

—Sì, amore mio, sono qui. —respondó.

—¿Puedo pasar? —pregunta.

—Si ya te habró. —contestó.

—No le podías decir qué se valla. —pregunta charles celoso.

—Es mí prometido que le puedo hacer. —respodo.

—No por mucho tiempo. —dice y me güinea el ojo.

—Escondete en él baño. —le digo a lo que no me responde y va al baño.

—Quanto sei bella oggi. —dice pierre al abrir la puerta.

—Vos también. —le contra digo.

—Vamos a comer.

...
Volvi de comer, y cada quien fue a su habitación. Estaba llendo por ir a dormir y escucho la puerta de la habitación abrirse.

—Vos sos boludo o te haces para abrir la puerta así. —digo al ver a charles.—¿Cómo entraste? —preguntó.

—Tuviste que verte la cara. —cerro la puerta. —Me hice amigo del recepcionista. —contesta.

—¿Y que queres en esta habitación? —prgunto.

—Quiero dormir con vos. —afirma.

—¿Y eso tan derepente?

—¿Puedo si o no? —pregunta el.

—De todos modos te vas a quedar.

Me acosté y el vino y se costó a mi lado.

—¿Te puedo abrazarte? —pregunta.

No le respondo ya que me hago la dormida, siento unas manos en mi panza. —Te amo aunque me odies. —y beso mi cabello.

ZONA DE CONFORT ━━━charles leclerc Donde viven las historias. Descúbrelo ahora