No soy un niño - Saitama y Genos (Traduccion)

Capitulo 4: Resistiendo a la tentación

Genos no sabía que el billar se podía jugar como un deporte de equipo, pero aparentemente la conmoción de Saitama al entrar en la habitación tenía a Garou fastidiosamente emocionado, y ahora había dos equipos de tres personas parados a cada lado de la mesa de billar. Normalmente, la perspectiva de los deportes de equipo sería más que poco atractiva para Genos, pero esta vez tenía a Saitama en su equipo, por lo que estaba más que feliz de participar.

Garou alineó su taco de billar con la particularidad de un profesional, para el deleite de sus compañeros de equipo. Como era de esperar, la chica alta y de cabello oscuro y su amiga de pelo verde se habían acercado al momento en que Mizuki había mostrado interés en jugar. Genos las había vigilado de cerca, y estaba seguro de que había descubierto su plan. La cara de la chica de cabello verde se tornó en un tono carmesí en el momento en que vio a Mizuki en su delicado vestido negro. Parecía que ella era la chica que tenía un motivo oculto, la chica más alta estaba actuando como una especie de apoyo para la peliverde.

A Genos no le gustaba la forma en que miraban a su nueva amiga. Pensaba que Mizuki era verdaderamente hermosa, como una muñeca o un ángel. Ella le recordaba a su madre de muchas maneras. La misma naturaleza bondadosa, la misma habilidad para atraer la atención de los hombres y mujeres más débiles. Después de unos minutos de conversación sosa se enteró de que los nombres de los admiradores de Mizuki eran Tatsumaki y Fubuki. No es que a Genos realmente le importara, pero no quería olvidar y parecer grosero frente a su amor. Saitama puede haber sido un estresado que aparentemente no tenía emociones, pero siempre fue educado al menos. Lo menos que Genos podía hacer por él era igualar ese nivel de cortesía hacia los demás.

Garou tenía la mirada feroz de un monstruo salvaje mientras rompía el triángulo de bolas de billar, golpeando dos amarillos en la misma tronera. "Supongo que somos amarillos entonces, equipo." Él sonrió a Tatsumaki y Fubuki. Fubuki levantó su cóctel en una forma de felicitación, Tatsumaki simplemente resopló y giró los ojos. Parecía que habían estado aquí por un tiempo, sus rostros ya estaban sonrojados con un brillo de borrachera, y con la pequeña estatura de Tatsumaki, Genos sabía que no tomaría mucho emborracharla. Garou se inclinó sobre la mesa, pasando el taco a Saitama. Las grandes manos del hombre se aferraron a él con tanta fuerza, y Genos podía sentirse hipnotizado. Saitama era tan fuerte, que parecía como si el taco se astillase y se rompiera en el momento en que la agarró.

Genos deseaba que Saitama lo agarrara así. Quería sentir esos dedos gruesos lastimando su piel de porcelana. Quería sentir la forma en que las manos de Saitama se apretaban alrededor de su cintura mientras lo follaba sin sentido. Maldición, no le importaría si el hombre lo partiera en dos, mientras lo estuviera tocando.

Si tan solo el profesor supiera lo que está pasando por la mente de su estudiante en este momento, si tan solo supiera lo mucho que su propia presencia volvió loco a Genos.

Pero no, Saitama estaba demasiado centrado en el juego para darse cuenta de la forma en que Genos mordió su labio inferior mientras lo miraba con asombro.

"Maldita sea," Saitama miró el taco como si se tratara de fórmulas algebraicas complejas. Entrecerraba los ojos mientras maniobraba alrededor de su cuerpo, tratando de encontrar el ángulo correcto, o al menos uno que funcionara remotamente. Genos podía sentir las mariposas en su estómago evolucionando, convirtiéndose en dragones que atacaban sus entrañas y soplaban fuego sobre su palpitante corazón, encendiéndolo en llamas. El taco parecía tan pequeño comparada con el impresionante físico de su amor, y maldita sea si eso no fuera lo más ardiente que Genos había visto jamás.

Era obvio para cualquiera que Saitama estaba luchando. Estaba sosteniendo el taco tan mal que Tatsumaki y Fubuki se estaban riendo detrás de Garou. Genos les lanzó una mirada de desaprobación a quien SE ATREVIÓ a reírse de Saitama. Parecía funcionar. Las miradas confusas en sus rostros no tenían precio, y pararon su risa casi de inmediato, no sin darse una mirada preocupada.