Capítulo V: Reino de los Elfos

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Flota de la marina elfica, 18 de enero del 2300 – 0939h

El capitán Birêvebir, no podía creer lo que veían sus ojos, al principio pensaba que eran islas, pero conforma pasaba el tiempo se percató que las islas se movilizaban hacia su posición, y para cuando se dio cuenta, grandes embarcaciones estaban a unos pocos metros de su flota, decir que eran barcos parecía un insulto, eran fortalezas flotantes.

Se encontraba junto a su teniente y tripulación listos para un posible ataque enemigo, ellos eran un todas de 30 buques de guerra, mientras que su posible enemigo solo contaba con 12 unidades, pareciera que tenía la ventaja en números, pero el tamaño era algo completamente diferente y más por los barcos más grandes en medio de la formación, la longitud de esas naves era fácilmente 4 o 5 veces más largo que su buque.

Mientras observaba a varios dragones de hierro similares a la descripción dada por su reina, pudo visualizar un dragón mucho más grande que los otros, sus rasgos eran diferentes, contaba con 2 alas enormes en su parte central, junto a una aleta en la parte trasera, y esta misma estaba recubierta por una tenue luz azulina como el océano.

"Capitán, mira ahí", voltio a ver a su teniente Quadro, quien estaba apuntando a una parte especifica de la embarcación, se dio cuenta que una parte de la plataforma estaba descendiendo, sacando su catalejo para observar mejor la situación, se percató que había personas alzando las manos en señal de saludo. Solamente se limitó a responderle a su subordinado.

"Acérquese más y estén alerta, puede ser una trampa", dicho esto el resto de la tripulación acerco el navío hacia la plataforma de aquella fortaleza flotante.

En cuestión de minutos estaban debajo de la plataforma, que a pesar de hacer disminuido su altura, seguía siendo más alta que los mástiles de la 'Belaya Deryayan'.

"¿Ahora qué haremos?" se cuestionó el almirante a no saber cómo subir a la enorme embarcación, y como si su pregunta hubiera sido escuchada, una escalera que parecía de metal descendió de la plataforma. 

"Teniente y ustedes cuatro, suban conmigo. Los demás estén atentos a alguna señal de hostilidad, si no me comunico con ustedes en 15 minutos, les dejare el control a sus propios criterios", solo recibió una afirmación de toda su tripulación.

Mientras subía la escalera se percató que estas mismas no estaban hechas de metal, era muy extraño, no reconocía el material, se sentía rugoso, también había pequeñas protuberancias y a pesar de estar algo mojado no sentía que sus manos o pies se resbalaran, pareciera que estuviera diseñado para evitar algún accidente en el caso que toda la escalera estuviera mojada.

Cuando llego a la cima de la plataforma vio a dos personas con vestimentas extrañas, una tenía una ropa de un color azulino que pareciera estar manchado, en su cabeza llevaba un sombrero con el mismo patrón extraño que combinaba con su uniforme, a enfocarse más se dio cuenta que no estaba sucia, sino que así era su diseño.

"¿Camufle?, pero estamos en el mar, ¿Para qué sirve entonces", fue a la única conclusión que puso llegar, ¿de que servía tener camuflaje en medio del océano?, a menos que el hombre se tirara al agua no encontraba otra explicación.

Rápidamente voltio a ver al otro sujeto, sus ropas consistían en un uniforme enterizo verdoso, con gruesas botas negras, en la parte del medio tenía una especie de chaleco junto a un cinturón en la parte media de su cuerpo, en su cabeza tenía una especie de casco grisáceo y unos lentes color negro, en la parte derecha colgaba algo que para él era muy extraño porque nunca había visto algo igual.

Al darse cuenta vio que el buque era hueco, porque notaba un gran espacio vacío detrás de ellos, él solo indago que servía para guarda a los dragones de hierro que estaban en la parte de arriba.

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