Un Mundo Transferido

Capítulo XXII: Tercer Tropiezo

Qua-Toyne, 21 de marzo del 2300 – 1128h

Era un día perfecto, un clima templado, el sol en lo alto, las nubes vagaban libremente por los cielos, la tierra húmeda por la lluvia de la noche anterior.

Los granjeros sabían que esto era muy bueno, observando las grandes llanuras verdes, donde los productos agrícolas estaban en crecimiento, hasta hace poco este lugar solo era una llanura donde nunca se pensó en cultivar debido a la poca demanda de alimentos.

Todo cambio con la llegada varias personas provenientes de un continente que nunca antes se había visto o escuchado, cuando la corona hizo contacto con ellos, se llegó a un acuerdo donde ellos exigían cantidades anormales de comida a cambio de compartir de su tecnología.

Algunos tenían sus dudas del tipo de cosas que traerían, porque al ser una 'nación' recién formada, no tendrían los recursos o tecnología necesaria para cumplir con su palabra.

Este pensamiento fomentado principalmente por aquellas personas que no estaban en la capital él día que los visitantes llegaron en sus barcos, muchos se negaban a creer que era posible construir un barco de hierro de inmensas proporciones, era imposible.

Sin embargo, todos esos pensamientos negativos y supersticiones cambiaron abruptamente tras la llegada de la 'maquinaria' que trajeron estos extranjeros, todo era incomprensible tanto para los humanos, elfos e incluso para los enanos que habían pasado años de sus vidas en cultivar, cosechar o crear cosas.

Fue entonces que varios cientos de personas entraron en escena, cada uno ayudó a los pobladores a comprender el funcionamiento de sus máquinas que, para muchos, eran mágicas.

De ese modo se inició la construcción de granjas, posadas y la preparación para la tierra de cultivo, todo eso en tiempo record, la eficiencia de las máquinas y de las personas que era inigualable terminando su labor en menos de tres semanas.

Muchas familias fueron reunidas para el control y administración de los campos de siembra, las cuales eran elegidos meticulosamente para garantizar la mayor eficiencia posible.

En uno de los terrenos, una madre junto a sus dos hijos recorrían los alrededores del campo en busca de algún problema con el crecimiento de las plantas, aunque hasta el momento las cosas iban bien.

"Madre, ¿estas plantas de que son?" expreso su curiosidad uno de los niños a su madre.

"Si no me equivoco esta planta, o mejor dicho arbusto produce café, dicen que es un poco ácido y amargo, pero que huele muy bien" contesto la madre.

Tras esa pequeña conversación, la mujer empezó a mirar a sus alrededores admirando el floreciente paisaje verdoso, fue así hasta que sus ojos recayeron en un 'carruaje' algo peculiar, el cual fue traído por aquellas personas que se hacían llamar americanos pertenecientes a la 'LUN', para ser sincera, tanto ella como el resto de su gente no sabían cómo funcionaba aquella maquinaria.

Aunque para su fortuna un grupo considerable de personas llegaron con la misión de ayudarlos en los sembradíos y a comprender el funcionamiento de aquellos artilugios mágicos.

Eso fue hace unos meses, pero la eficiencia de este equipo y personas era algo que nunca presencio en su vida, podían cubrir grandes extensiones de tierra en tan solo un día, a la vez que constuían las casas y centros investigación en todo el lugar

Frente a ella estaba una de esas 'maquinas', tan grandes que te hacían preguntarte como se podían mover sin caballos, incluso si los necesitaba, cuantos serían suficientes solo para moverlo un poco, si ella no se equivoca esta cosa es llamada 'tractor'.

El tamaño de esta cosa era similar al de una choza pequeña y con una forma largada, su color principal estaba entre el naranja y rojo, portaba ocho ruedas, las cuales no eran de madera como normalmente sería, mas bien estaba compuesto por un disco de metal negro rodeado por otro material desconocido al cual llaman 'caucho', el trabajo principal de este 'vehículo' es múltiple, desde el arado, hasta la recolección de las cosechas