Capítulo XXXIV: Un Tiempo de Tranquilidad

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Feoh, Eostia, Serenus, 24 de febrero del 2300 – 1614h

Posiblemente nunca se deje de maravillas por esas arcas voladoras, a pesar de ya haberlas visto hace tan solo dos días atrás durante la invasión de Kuroinu.

Se encontraba mirando a los cielos azules, al ser verano, la concentración de nubes era relativamente pequeña, un punto en la lejanía revelaba algo volando por los cielos acercándose en su dirección, a medida que pasaba el tiempo, el objeto se veía más distinguible.

Era gris, contaba con cuatro alas, dos eran pequeñas posicionadas en la parte trasera de la estructura terminando en unas aletas colocadas de manera diagonal, en el medio estaban otras dos alas más grandes de forma rectangular que sostenían una especie de cilindros cada una los cuales expulsaban una especie de fuego azul.

Era gris, contaba con cuatro alas, dos eran pequeñas posicionadas en la parte trasera de la estructura terminando en unas aletas colocadas de manera diagonal, en el medio estaban otras dos alas más grandes de forma rectangular que sostenían una es...

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Tuvo que detener sus pensamientos para mirar a su alrededor, habían despejado la plaza central para darle especio a esa cosa un lugar donde aterrizar, un escuadrón de caballeros se ofreció despejando una él área impidiendo el paso de los ciudadanos quienes estaban curiosos.

En un lapso de tan solo unos minutos el arca voladora estaba encima de ellos iniciando su descenso, una fuerte ráfaga de viendo elevo el polvo asentado en los alrededores, varios se cubrieron con sus brazos u objetos que tenían a la mano.

De una manera efímera la ventisca se detuvo una vez el causante tocó suelo dejando ver su imponente formar, cada persona en el lugar estaba expectante de verlo, era parecido a las otras arcas que trajeron a esos caballeros celestiales hace dos días.

Alicia camino lentamente a lo que dedujo era la parte trasera del ese transporte peculiar, miraba cada ínfimo detalle, era grande y veloz, estaba claro que no estaba vivo, incluso durante algunos magos a servidumbre del reino no pudieron detectar alguna energía magina.

Descartando todas sus opciones estaba claro, esa cosa era una máquina, lo que significaba que podía ser producida, y a pesar de saber ello, se mantenía consiento de la falta de recursos e investigación por parte de su reino y alianza.

Su conjetura final era simple, el representante con el cual se va a reunir pertenece a una nación extremadamente poderosa.

Las compuertas se abrieron revelando a un grupo de nueve hombres con armaduras y armados con esas mismas cosas que usaron sus colegas para doblegar a Kuroinu.

Portaban una cubierta de un color parecido a la mezcla del gris con negro, en algunas zonas líneas rojas se esparcían parcialmente por la superficie de la protección.

Tenían una coordinación en sus pasos dando el efecto de que solo una persona estuviera caminando golpeando sus pies contra metal, la marcha llevaba cierto ritma hasta detenerse una vez tocaron la piedra que componía la verada.

Tenían una coordinación en sus pasos dando el efecto de que solo una persona estuviera caminando golpeando sus pies contra metal, la marcha llevaba cierto ritma hasta detenerse una vez tocaron la piedra que componía la verada

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