Capítulo XIX: Calamidad Animal - I

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De un momento a otro la luz se hizo presente, a oscuridad desaparecía lentamente cuando los ojos azules se mostraron en cierto grado, el sol se podía ver claramente, pero este estaba detrás de una especie de ventana oscura, por lo que no dañaba sus ojos.

Movía los ojos registrando a sus alrededores, la fatiga inundaba su ser a tal grado de no poder siquiera voltear la cabeza, en medio de su análisis una figura apareció, debido a la iluminación no la distinguía bien, pero sabía que era una mujer.

Si esa mujer quisiera hacerle algo, ella no podría hacer mucho, su cuerpo estaba agotado y entumecido, sin mucho que pensar, aquella figura femenina acerco su mano hacia ella, y toco su frente delicadamente, su mano estaba tibia y suave por lo que la sensación era relajante, lentamente deslizo sus dedos atreves de su cabellera rubia como una madre a su hijo, repitió ese proceso un par de veces antes de detenerse.

A los pocos segundos de hacer eso, el sueño volvió a inundar su mente mientras sus ojos volvían a cerrarse nuevamente.

"Klara, ¿cómo esta ella?" habló la voz del teniente Alex, quien iba manejando junto a Nikolai.

"Sus signos vitales están bien, estuvo consiente un poco, pero necesita descansar para ganar más energías", la noticia, saco una pequeña sonrisa en el teniente quien solo dio un suspira para que su sonrisa desaparezca.

"Es una grata noticia, miles de veces mejor que nuestra situación actual."

Dirigiendo su mirada hacia atrás, podía ver a cientos de personas en sus carruajes, algunos solamente caminaban, estaban completamente exhaustos.

"La migración de la villa es muy desalentadora, apenas está progresando", la velocidad apenas era superaba los 2km/h en el mejor de los casos.

"Los problemas siguen surgiendo", muchos de los pobladores pelean por el espacio de las carretas, otros se enojan por la lentitud de la marcha, los gritos de disgusto y furia eran los más ruidosos del lugar.

"Muchos están siendo dejados atrás", varias familias cuyas carretas cedieron por el peso y se destruyeron, estándo sentados, de rodillas o postrados en el suelo implorando que se lleven a sus hijos para que se salven de la muerte.

"Sin embargo, la peor parte es el terreno fangoso, las lluvias convirtieron esta carretera en lodo puro, las camionetas y el camión no tienen problemas para este tipo de situación, pero no puedo decir lo mismo de las carretas de maderas impulsadas a caballo."

La desesperación y cansancio se apoderaba de todos lentamente, algunos optimistas trataban de aligerar la carga del estrés, pero era insuficiente.

"El escape los terminara por consumir."

El sol se encuentra en su punto más alto, el calor es infernal mientras los humanos y animales se sofocan hasta perder el conocimiento. El mismo panorama se empieza a repetir a lo largo de la caravana, muchos imploran ser llevados en las carretas, otros piden que se lleven a sus hijos, otros en su desesperación quieren subirse a alguna de ellas a la fuerza.

En medio de todo ello, una familia de tres integrantes, hace todo lo posible para seguir al resto, el suelo fangoso, termino por enterrar una de sus ruedas hasta la mitad, a pesar de que la carreta no era tan grande y no había muchas cosas sobre ella, el caballo apenas podía ejercer fuerza para seguir adelante.

Dos de los integrantes estaban empujando, mientras la mujer controlaba las riendas del caballo.

"Melisa prepárate, ¿listo hijo?, ¡empuja!", a pesar de todos los esfuerzos, era imposible sacar la carroza de su estancamiento, no sin más gente, lamentablemente, nadie estaba dispuesto a echar una mano, ellos quieren sobrevivir al dragón, por lo que el más mínimo retraso puede significar la muerte.

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