Capítulo XII: Miriel - II

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Los Ángeles, Estados Unidos , 22 de enero del 2300 – 0726h

Las cortinas se hondeaban ligeramente por la brisa fresca de la mañana que inundaba la habitación, en medio de su vaivén, aquellas telas blancas dejaban entrar poco a poco los primeros rayos de sol, una mujer que estaba echada en una cama a unos metros de la ventana empezó a despertar por la luz que iluminaba sus parpados, poco a poco el sueño la abandonaba mientras que inconscientemente se levantaba de su reposo.

Tras recuperar sus sentidos uso una de sus manos para restregarse los ojos y quitar el sueño que aún le quedaba, sus ojos se abrieron aquellos ojos azules empezaron a reflejar los rayos del sol a la vez que su cabello desordenado empezaba a ser controlado por la brisa del exterior, su piel blanca como la nieve parecía iluminarse por el sol, sus orejas puntiagudas se movieron de arriba abajo imitando el movimiento de las orejas de un ciervo, era una escena impresionante capaz de cautivar y enamorar a cualquier hombre.

Miriel ahora estaba sentada sobre su cama, mirando el reloj se dio cuenta que despertó 30 minutos antes de lo previsto, por lo que se recostó nuevamente a la vez que estiraba sus extremidades para quitarse la fatiga muscular por la inactividad de la noche.

Mirando el techo de su cuarto dio un suspiro profundo antes de levantarse nuevamente y empezar a cambiarse, el día de ayer realizo unas compras en una tienda cercana al centro de la ciudad durante el transcurso de su recorrido turístico.

Ella quiere adaptar un poco a la forma de vida de los americanos para dar una buena impresión, antes de venir, trajo consigo unas monedas de oro, al inicio fue complicado el pago, porque me dijeron que en la actualidad la mayoría de pagos se realizan de forma "virtual" pero también podían ir a un banco para cambiar el oro a su moneda.

Al inicio se confundió al ver que su moneda no era en su una moneda su no una especie de papel con una textura similar a la tela de una coloración verdosa con textos, caras y edificaciones impregnadas en ella, era increíble la precisión con la que estaban hechas, así que tras preguntar cómo se fabrican me explicaron que usan un método llamado impresión, donde se una un molde especial para impregnar lo quieran en ella.

Con el dinero listo se dispuso a comprar algunas cosas de la zona, principalmente ropa fue algo curioso ver la inmensidad de la ciudad y personas que transitaban por las calles, aunque parecía un mundo perfecto, algo así nunca puede existir y una de esas cosas fue al escuchar un choque mientras salían de una tienda, cuando vio lo que había pasado, uno de los diplomados hablo.

"Hubo un accidente, llama a emergencias" dijo mientras corría al lugar del impacto para socorrer a los heridos, muchas personas que estaban cerca siguieron su ejemplo, mientras otros sacaban una especie de tablones de colores y empezaron a tocarlos para luego ponérselos en sus oídos y otros empezaban a enfocar esas cosas al lugar de accidente mientras tenían una mirada de preocupación

Por mi parte, fui a ayudar, escuché a Janet gritar mi nombre, pero solo corrí en la dirección del accidente junto al diplomado, este empezó a realizar torniquetes y poner al hombre mal herido en una posición extendida.

Sin pensarlo use mi magia para sanar sus heridas graves, recuerdo ver la mirada del hombre, mostraba admiración e incredulidad al ver una luz verde emanar de mis manos y cubrir las heridas las cuales se cerraban poco a poco.

Miré a mi alrededor y todo tenían una mirada similar en ese momento sentía que había hecho algo que no debía hacer, ahí sentí una mano en mi hombre, me giré para ver quién era y vi a Janet la cual me indico que nos fuéramos ya que la "ambulancia" estaba llegando.

Al subir al vehículo le pregunte si había hecho algo malo, ella me miro con ojos comprensivos y me explico que la magia para ellos es solo de cuentos de hadas, algo impensable que nunca existió para ellos, en ese momento recordé que ellos me explicar que la mayoría de sus inventos se basan en la ciencia y no en la magia.

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