unidos por el patinaje ! mason thames

014

Keira

hablaba con mason de cualquier cosa mientras que los dos calentamos.

Él hablaba de su programa y yo del mío.

- tu coreografía es muy buena, me gustaría verte en el primer lugar.- sonreí al escuchar eso.

Él sabía cómo hacerme sonreír.

- diría lo mismo pero, dios te habrá perdonado por ser gay pero no por esos pantalones.- dije señalando los pantalones que eran feos, eran espantosos.

La palabra espantosa le quedaba corta.

- que dices, son bien lindos.

- voy a fingir que nunca ví esos pantalones y voy a seguir con mi vida.

- los usaré hasta para dormir.- los miró una y otra vez .-- me tienen que gustar, me costaron una fortuna y no pienso desarme de ellos al menos que tengan un agujero.

- alguien a visto unas tijeras?- pregunté haciendo que mason se sorprendiera de forma dramática.

- ¡que te pasa! - me iba a acercar a abrazarlo pero se negó - tres paso atrás, mientras que tenga estos pantalones ninguna pelirroja se puede acercar.- reí a su comentario.

- me voy a pintar el cabello para acercarme a esos pantalones y romperlos.

- hagas lo que hagas, jamás te pintes el cabello, el rojo es lo tuyo.

- antes era rubia.

- de verdad?! - estaba tan sorprendido ante mi respuesta.

- nací rubia.

- hasta que no te vea rubia diré que el rojo es lo tuyo.

- diría lo mismo pero tus pantalones no me dejan ver algo bueno de ti.- salí de ahí yendo hacia la pista por lo cuál fuí seguida por mason.

- te vas a acostumbrar a verme así porque no me los quito.

- quién  te dijo que te los comprarás?

- la entrenadora dijo que se verían bien en el nuevo programa.

- le caes mal, cómo te puede decir que compres algo tan horrible!

- okey, basta de esto, ya es mucho odió hacia mis pantalones.

- no me veas más para que yo no vea esos pantalones.- me dirigí hacia dónde iba a entrenar pero mason iba hacer lo mismo algo que hizo que nuestros pies se juntaran haciendo que ambos caigamos.- ya sabía yo que esos pantalones traían mala suerte.-  reía por la caída pero mason lo hacía más fuerte.

- eso se llama conexión.- dijo riendo.

Amaba cuando me veía y sonreía porque también me hacía sonreír.

- eso se llama mala suerte de unos pantalones feos.

- ésto ya está hiriendo mis sentimientos.

- ¡mira tu! - reí y fuí ayudada por mason quien ya estaba parado esperando a que me ayudara.

- si me dolió.- dijo sobando su pompa derecha.

- te van a quedar chuecas las nalgas por la caída .

- mira, ni digas nada que tú caiste en las dos.

- por eso, van a quedar parejitas y las tuyas no- saque la lengua de una forma rara haciendo una mueca y haciendo un signo con la mano y alejándome a lo que mason rio.

Después de eso nuestro día se baso en entrenamiento y más entrenamiento, habíamos quedado de vernos en la salida.

me subí al auto de mason quien ya me esperaba ahí.

Me saludo y yo hice lo mismo correspondido con un pequeño beso en sus labios.

- me gustan estás saludadas, a ver, saludame otra vez.- reí a lo que dijo y solo negué.

- como te fue en tu día?- pregunté sacando mi teléfono de mi mochila.

- aburrido, tuve a la entrenadora todo el día hablándome de que tenía que darle una clase a los nuevos integrantes y me caí como.. - empezó a contar con sus dedos - 7 veces? Creo que fueron 7 o 8 veces.

- las pompas te van a quedar más chuecas.

- cómo te fue en tu día?, Supongo que mal porque no estuve contigo y mi presencia es muy divertida.

- lo único divertido que tienes son esos pantalones y lo chistoso es parte de lo feo.

- ¡basta de ésto!, Cuéntame de tu día y deja mis pantalones.

- para tu información me fue muy bien, hice una práctica para mí nuevo programa que será este sábado y tuve un día divertido porque casi no hice nada quitando la parte en la que casi lloro por mi tarea.

- yo quisiera ver eso.

- jamás.

- no sabes lo lindo que se escuchó eso son mencionar mis pantalones.

- nunca voy a superar tus pantalones.

-  lo sé. - mason encendió el auto y comenzó a conducir.

Todo el rato escuchábamos música mientras que hablamos de cualquier cosa.

Cuando llegamos me despedí de él y me dirigí hacia mi casa.

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