unidos por el patinaje ! mason thames

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Narradora-

mason fue llevado a la enfermería mientras que la pelirroja sentía culpa.

No porque ella lo haya provocado sino que en el fondo de su corazón ella quería que eso pasará.

- no es para tanto, solo una semana de descanso sin movimiento, fue algo fuerte así que solo nada de movimiento o cargar peso en esa pierna.- mason solamente asentía de lo que la doctora decía.

- gracias.- mason asintió y los dejaron solos.

- es gracioso. - se recostó por la cama extendiéndose.- pasa algo?- dijo al ver la expresión pero estaba perdida viendo a un punto fijo- ¡Kei!. - insistió de nuevo hasta que reaccionó.

- ¿si?

- ¿pasa algo?

- ¿tiene qué?

- solamente pregunto, fue una semana difícil.

- seguro, pero yo estoy bien ahora importas tú. - no fingió una sonrisa simples se forzaba a estar bien para él.

- ¿tengo que preocuparme?

- ¿qué? No, es solo que estoy estresada saber que voy a competir contigo.

- ¿por eso?

- supongo, las internacionales se acercan y es preocupante tu estado ahora y no sé.. -la pelirroja llevo sus manos a su cara estrujandose un poco.- ¿que nos pasa?

- ni siquiera yo lo sé - mason no tenía una respuesta pero iba a pretender que sí.

- ¿podemos ir a casa?, Podemos volver al comienzo?- mason bajo de la camilla como pudo y se acerco a keira para abrazarla.

- lo haría pero ya no podemos, tenemos que afrontar las cosas.

- no quiero competir contigo, esto es tan absurdo. - ella por un momento deseaba que fueran extraños.

No tener aquellos sentimientos.

Presentía que debía de hacer algo para cambiar el destino que tenían, para su mala suerte ya estaba escrito.

- cambiemos las cosas.

- ¿que quieres cambiar?, no hay nada que hacer, dejemos y tomemos esto con tranquilidad, si ganas seré la persona más feliz del mundo, nada cambiará.

- creó que tenemos que irnos. - mason dejo un beso en su frente y ella sólo asintió.

Keira amaba los besos en la frente, eran la cosa más cariñosa que existía.

los dos se dirigieron hacía la casa de mason mientras que la pelirroja conducía.

mason tomó su mano y la apretó.

las palabras de mason fueron verdad, nunca dudaría de su amor o de ella, podía volver a cada momento en el qué estaban los dos y podía verlos para siempre, amaba cada parte de ella, amaba el simple hecho de tenerla cerca y se sentía una de las personas más afortunadas en poderla llamar su novia, ella era tan única con su largo y rojo pelo, resaltaba sus ojos y su sonrisa, era un trago que podía beber toda la vida, lo hacía sentir cómo si estuviera drogado, haciéndolo llevar a su mundo, el mundo que quiere recorrer con ella.

Ella lo hacía sentir cómo si el amor fuera rojo.

realmente lo hacía sentir drogado.

Ella era su droga.

- ¿podemos quedarnos en new York para siempre? - pregunto Kei sin desvíar la mirada de enfrente.

- vamos a volver, lo sé, nos espera algo tan grande, quiero estar contigo, quiero crear un futuro contigo.

- yo también, odió el simple hecho de que tengo que ir a miles de competencias más contra tí.

- no tiene que pasar eso, te amo y me hace felíz verte triunfar, me haces felíz.

Él se negaba a que el amor fuera rojo.

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