Back to Black | Terry Silver

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—¿Así de fácil? —dijo casi indignada Keila.

—¿Qué querías que haga?

—Que lo termines —gritó obvia—. No puede ser que vayas a cenar con él. Mira Daina, te respeto mucho como mujer pero tu gusto en hombres, es deplorable.

—Ya te dije que es su última oportunidad, si no cumple con lo prometido lo terminaré, Keila.

—Más le vale que se haga la víctima rápido para que lo termines y te tires a ese Terence lo antes posible.

—¡Keila! —no tardó en cubrirse la cara de la vergüenza que le dio el comentario.

—Ya, ya, perdón. Dejemos de hablar de Aiden que me están dando arcadas. Mejor hablemos de la discoteca que inauguran el sábado.

—¿En serio? —la rubia no tenía ni idea de eso.

—Y es para mayores de veinte, así que no habrá ningún crio. A ver si levanto a algún hombre.

—¿Vas a ir?

—Vamos a ir —corrigió.

—Esta semana me tiene muerta, Keila. Mis horarios se alargaron por intentar esquivar a Aiden.

—Siempre Aiden, siempre Aiden —rodó los ojos—. Una vez que él no arruine tus planes no le va a hacer daño a nadie.

—Vayamos otro día, además si es la inauguración va a estar lleno.

—Ay por favor.

—Encima en la radio dijeron que el fin de semana van a haber noches frías. Tengo un vestido hermoso pero es abierto y si hace frío no voy a poder usarlo.

—Bien, bien. Deja de poner escusas para intentar justificar a ese infeliz y vayamos el próximo fin de semana.

—Gracias, nena —le mandó un beso en broma.

—Hablemos de lo importante que es Terence.

—¡Dios! Me voy eh.

—Sólo descríbemelo.

—No hay nada que describir.

—Es musculoso.

—Hace karate, es normal que esté en buen estado físico.

—Y ¿sabes por dónde vive? ¿Tienes el número?

—Obviamente no sé por dónde vive y ayer intercambiamos números.

—¿Tú se lo pediste o él te lo pidió?

—Prácticamente él me hizo anotar el suyo.

—O sea ¿cómo? ¿Tipo dominante?

—Si no hablamos de lo molesto que es Aiden, hablamos de lo bueno que está Terence. ¿No podemos hablar sobre cómo nos maquillaremos el próximo fin de semana o una cosa de esas?

—Gracias Daina, me suelen decir que estoy bueno pero viniendo de ti se valora más —una voz masculina y familiar habló atrás suyo.

Frunció el ceño, cerró los ojos y cuando los abrió vio a Keila con la boca hecha una "o" y los ojos enormes. Suspiró: —¿Qué tal, Terence? —ni siquiera se dio vuelta para mirarlo, sus mejillas se estaban calentando. 

—Vine a buscar un café a la cafetería cerca del dojo, que coincidencia encontrarte, y hablando de mí.

—Lamento decepcionarte pero estábamos hablando de mi adorable novio —le sonrió cuando se sentó en la banqueta al lado de ella.

—Yo escuché otra cosa, ¿puede ser? —dirigió la pregunta a la azabache.

—Y-Yo, creo que escucho justo lo que tenía que escuchar.

Traidora moduló sin emitir sonido a la que creyó su amiga.

—En fin, no eres la primera en hablar de mí, no te sientas avergonzada ni te sonrojes.

—Hace calor, Terence, por eso estoy...  enrojecida.

—Claro, hace calor y te pides un café caliente. Muy coherente. 

—No tomo café helado.

—De hecho si toma —intervino de repente.

—Keila no ayudas —la fulminó con la mirada.

—Le pediré lo mismo que Daina —se dirigió a Keila que rápidamente fua a preparar un latte grande— ¿Va a pasar algo el próximo fin de semana?

—Veo que escuchaste toda la conversación.

—Creo que escuche la síntesis de su conversación, más bien. No evites la pregunta.

—Sólo saldré con mi novio, ni más ni menos.

—¿Por qué desde hoy tienes que hablar sobre tu novio siempre? ¿Qué paso? ¿Se reconciliaron?

—¿Por qué desde hoy haces preguntas tan personales? ¿Qué pasó? ¿Tanto te interesa lo que haga fuera del dojo?

—Tan fuera del dojo no, si hoy se estaban comiendo la boca afuera —rio en mufa a la vez que rodaba los ojos.

—No sé ni por qué te jode tanto si total no se va a volver a repetir —Terry iba a hablar pero ella se inclinó hacia él para que se callara— Además, todos en el valle saben que andamos. No es tan grave.

—Ni siquiera se ven bien juntos —gesticuló con las manos en desaprobación.

—¿Qué tiene que ver? —respondió con el mismo gesto.

—La imagen del dojo, Wirght, la imagen.

—Yo doy mejor que imagen que tú o Kreese.

—Por favor, no me pudiste ganar en un combate.

—Sabes que pude hacerlo pero tuve un error.

—Igual perdiste.

—Pero en un combate real-

—No era un combate real —el tono de voz que había subido, fue descendiendo a la vez que se acercaban cada vez más.

Sin darse cuenta estaban a escasos centímetros. 

—Esto no da buena impresión de mi —susurró la rubia enderezándose en su asiento y dejando una sensación extraña en Terry.

—Te llevo —murmuró él antes de que Keila (quien claramente había visto todo desde la cocina) apareciera con su latte.

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