8 de Marzo

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Me despierto, pero no siento mi cuerpo, me siento invisible, rota y cortada a pedazos.

Me despierto y no regreso a casa después de clases.

Me despierto y me acosan en las calles, incluso me siento insegura de ir al salón donde está aquel profesor.

Me despierto y me cambio de ropa porque si salgo vestida con una falda corta o una blusa fina seguro me seguirán con la mirada o me tocarían las nalgas.

Me despierto y los obreros me gritan groserías que, si fueran capaces en ese momento, me tocarían todo.

Me despierto y no puedo moverme.
Me despierto y vuelvo a sentirme invisible.
Me despierto y puedo ver mi cuerpo masacrado, golpeado y violado.                                                         Me despierto y puedo ver cómo no existe justicia.

Me despierto y hoy no soy yo la que tiene miedo, es otra mujer.

Me despierto, nos despertamos. ¿Cuántas muertes más deben haber para que el machismo y la porquería de gobierno se acabe?

Me despierto y no pido venganza, pido justicia, respeto y equidad.


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