Capítulo 13

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"¡Ay, querido lector! Dígame, ¿hay otra forma de categorizar esta temporada con adjetivos que excluyan los significados anherentes a: abundantemente pintoresca; excesivamente prometedora; o asombrosamente fascinante? Siendo afin a los juegos de azar, esta escritora está tentada apostarle que no conseguirán hacerlo, pues hace años que los respetables salones de las mansiones londinenses, no han sido recorridos por una colección de personajes que causen un deleite a la vista como la de esta temporada.

Muchas de las castas debutantes ya han causado revuelo en el público masculino de nuestra sociedad desde el primer baile auspiciado por la honorable condesa viuda, lady Danbury. Donde las frescas promesas, pudieron finalmente explotar las enseñanzas en el arte de la conquista que les han sido inculcadas desde su tierna infancia. A esta autora le ha llegado la información de que, desde la mañana posterior a ese baile inagural, los criados de la nobleza han recorrido sin cesar las amanecidas calles de Londres, llevando a una y otra propiedad tarjetas de visita y ramos de flores. Como es de esperarse, en los próximos párrafos se abordaran con detalles las debutantes que recibieron la atención de un caballero (o varios), y de aquellas damas, que a pesar de no ser esta su primera temporada todavía siguen vigente en este temeraria competición.

Como adelanto, mencionaré el éxito obtenido por la quinta hija de la vizcondesa viuda, lady Violet. La joven Bridgerton, posee, al igual que el resto de su árbol geneológico, una deslumbrante belleza que no ha sido pasado por alto, ni por el menos ladino de los caballeros. Ella y su hermana, Eloise Bridgerton, han llenado los últimos dias la sala formal de su residencia en Mount Street de hombres que pretenden conquistar el corazón de los jovencitas. Sin embargo, esta autora se adelantaría a presagiar que el cariño de la señorita Francesca Bridgerton ya ha sido cautivado, puesto que se la ha visto abordada por la constante atención del atractivo Jhon Stirling, conde de Kilmartin. ¿Será que pronto se integrará sangre escocesa a la reconocida familia?

Y ya que el joven conde ha sido referido, esta autora se siente en la labor de destacar que el caballero no ha sido el único que ha supuesto una grata sorpresa con su apreciable buena presencia para todas las féminas de alcurnia. Como ya ha sido anunciado en la edición anterior, también nos honra con su encanto el sobrino de su majestad, el príncipe Friederich; y, por supuesto, su enigmático amigo, el señor Barrow, quién por el contrario, no cuenta con la misma buena disposición que su conocido de la realeza para encarar el arte del cortejo. De hecho, al misterioso (pero no por eso menos apuesto) caballero, apenas si se lo ha visto interactuar con un par de jovencitas desde su llegada.

En el único punto de coincidencia en la inhóspita amistad entre estos dos hombres que esta autora ha podido apreciar hasta el momento, es en su correspondientes visitas a la señorita Cressida Cowper. La joven dama ha tenido un comienzo favorable en su tercera temporada, pues además de estos destacables acompañantes, la sala de los Cowper se ha visto frecuentada con regularidad; siendo un asiduo interesado en la compañia de la señorita el afamado dandi lord Trowbley. Lord y Lady Cowper deben estar a rebosar de la expectativa de finalmente concretar la unión marital de su única hija, que pese a su considerable dote y considerable belleza ha fallado en enlazar a uno de sus pretendientes hasta la fecha.

Las probabilidades juegan a favor de lord Trowbley en tal caso, porque es imposible ignorar que el sobrino de la Reina, no fue con otra que con la señorita Sharma, con quién se le ha visto pasear en las rimbombantes calesas del palacio real. Asimismo, idéntico medio de transporte se detuvo días atrás frente a la mansión de las damas Featherington. Como usted seguramente, querido lector, pensaría que se trataba de una desafortunda equivocación; sin embargo, el señor Barrow (el cual se ha beneficiado con el uso de estos llamativos vehículos), fue contemplado saliendo de la residencia Featherington con la señorita Penelope Featherington. Si a usted le está costando comprender la información, no es una tarea que emprende en solitario. Pues, más de un transeúnte se vio sorprendido la mañana del jueves con la visión del amigo del principe caminando muy confortablemente con la menor de las Featherington. Es oportuno recordar, que fue con dicha señorita precisamente con la cual el militar prusiano bailó en la fiesta de lady Danbury. La única afortunada hasta la fecha de tal atención. ¿Debería esta autora suponer que la poco destacable Featheriesngton ha conseguido la proeza de acaparar la atención del caballero? Todo parece indicar que así es..."

Seduciendo a Miss Featherington (fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora