Hola a todos!
Lo primero que deseo hacer, es agradecer a todos los lectores que se han tomado el tiempo de leer, votaron y comentar el fic. Cada uno de ellos es un enorme regocijo, porque, a pesar de no poder actualizar la historia como me gustaría, siempre es un aliento enorme a seguir.
La historia finalmente está empezando a tomar rumbos más interesantes.Entiendo la molestia de algún lector en cuanto a la demora en las entregas. Como he respondido en uno u otro comentario, no dispongo de mucho tiempo al día para escribir, con suerte dos horas y siempre que me tomo esos minutos para hacerlo doy todo de mí para entregarles un fic de calidad. En especial, con estos dos bellos protagonistas.
No habían pasado dos minutos cuando Penelope se levantó del sillón. Sencillamente no podía estarse quieta. Primero había empezado a tamborilear con los dedos en el cojín a su lado y luego, el pie izquierdo se le movió por voluntad propia, golpeando con un sonido sordo la alfombra de un hermoso color verde apagado con diseños bordados en dorado. Era preciosa y carísima y, a pesar de que, los colores hacían honor a los utilizados por su madre desde que tenía memoria; no se parecía en nada a las decoraciones usadas en Featherington House donde todo rayaba al limite de lo chillón y estrafalario.
La salita verde de los Bridgerton era el secreto mejor guardado de la familia. No sabia de otro miembro fuera de los integrantes Bridgerton que supieran de la existencia de esa pintoresca habitación de la casa, a excepción de ella. Eso la hizo sonreír, e inmediatamente después la entristeció.
Decidida a no dejarse invadir por la tristeza, e impulsada a su vez por el creciente nerviosismo que bullía en su interior, Penelope se entregó a recorrer la sala. Lo hizo una vez, luego otra, y de nuevo, y en todo paso que daba su mirada buscaba la inminente figura de Colin recortada en el marco de la puerta. Lo más extraño era la sensación que la azotaba cuando sus ojos se dirigían a ese punto en la sala, algo dentro de ella se removía alborotado, ansioso, anhelante. Cerró y abrió las manos en un intento de reprimir la sensación y las notó sudorosas dentro del guante.¿Cómo era posible que tardase tanto? La casa Bridgerton, como todas las que rodeaban Grovesnor Square era una de las que más antigüedad tenía en el distrito de Mayfair; como tal, contaba con amplios espacios y un tamaño considerable tomando en cuenta que se trataba de una residencia en la ciudad. Pero eso no explicaba la tardanza de Colin. No debía caminar kilómetros hasta su recamara. Solo atravesar el distribuidor y subir otro pequeño tramo de escalones y finalmente recorrer los metros del pasillo en el que se encontraban las habitaciones personales de la familia, veintiséis pasos hasta su puerta. Penelope los había contado cuando pasaba de largo siguiendo las aceleradas zancadas de Eloise hasta la habitación de ésta, cincuenta y dos pasos más allá desde el comienzo de la escalinata.
Liberó de una sola exclamación el aire que aprisionaba en sus pulmones al tiempo que detuvo su exaltado recorrido. Si cerraba los ojos podía hacer un plano mental de la casa Bridgerton casi tan bien como la suya. Había descubierto que tenía una envidiable memoria ocular, la cual había explotado al máximo en su emprendimiento como lady Whistledown; y por ello, era capaz de decir con precisión la distribución de cada mobiliario, cada objeto y cada adorno a donde fuera siempre que se diera a la tarea de prestarle atención.
De repente Penelope comenzó a pasearse con lentitud observando cada detalle, grabándose cuanto veía en las pupilas en su memoria, movida por una desgarradora urgencia. No sabía si aquella era la última vez que tendría la oportunidad de pisar la habitación informal, o la residencia Bridgerton dicho de paso, sin embargo, algo dentro de ella le indició que posiblemente así fuera. Se asombró de percatarse de cuanto había pasado por alto las veces que había estado allí; como los dibujos tallados en el marco de la chimenea o la tapicería de los dos sillones de la sala, de un color verde que le hacía recordar las hojas de los pinos que crecían cerca de los terrenos lindantes en el hogar Featherington en el campo. Siguiendo su resolución, se dispuso a enumerar los cuadros; no eran muchos, apenas tres y todos incluían fantásticos paisajes: una infinita pradera ondulante que se extendía bajo un cielo de hermosos naranjas, purpuras y amarillos, un muelle de botes abandonado mantenido en pie por su obstinada determinación con las maderas destartaladas y podridas reflejado en un enorme lago de aguas tranquilas e inmortalmente oscurecido por una nube que iba de paso; y, un serpenteante río de rocas salientes y corrientes rápidas por las que navegan hojas de los árboles circundantes vestido por los preciosos colores otoñales.
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Seduciendo a Miss Featherington (fanfic)
RomanceLuego de los eventos acontecidos en la temporada 2 de Brigerton, y habiendo leido el romance entee Colin Bridgerton y Penelope Featherington, he decidido crear mi propia versión de lo que podría suceder entre estos dos hilirantes personajes. Su cre...