Capítulo 9

1.2K 81 19
                                    

 Hola!! Aquí dejo nuevo capítulo. Perdón por la demora, pero muchas veces me lleva más tiempo del planeado escribir y editar los capítulos y aún así, seguro que algo por arreglar siempre se me escapa. Espero que lo disfruten!! 




Colin desconocía que clase de monstruo se había apoderado de él cuando le preguntó...no; cuando le exigió a Penelope que bailara con él. Llevaba toda la noche intentando que la impropia criatura se mantuviese a raya, en su jaula, bajo control. O, eso pretendía hasta que, mientras miraba con impotencia discutir a sus hermanos y su madre e intentaba recordar que eran su familia y que los amaba; divisó por el rabillo del ojo como Penelope pretendía huir. No supo cómo, pero se volvió hacia ella y en lo que pareció una especie de rugido efectuó aquella orden.

No había sido su intención. No fue consciente de lo que había hecho, o más bien, cómo lo había hecho, hasta que la vio abrir los ojos como platos a medio camino entre el horror y la incredulidad. Enseguida su mente  se percató de la cantidad de cabezas que se voltearon hacia ellos atraídos como insectos a la luz ante el indicio de una escena. Así como también, del gemido espantado que llegó flotando hasta él, sin duda, proveniente de su madre.

Pero es que...¡se pensaba escapar! Así llanamente, sin explicaciones. Después de todas las peripecias que había tenido que soportar para encontrarla, Penelope pensaba escurrírsele, una vez más, y hurtadillas nada menos. Y vaya, que él creía que le debía una explicación. Cuando menos, una que le terminase por aclarar los motivos que ella tenía para tratarlo con tal desdén.

Porque, si no se trataba de que le guardase rencor por lo de su primo como se había imaginado en un comienzo y que ella se encargó de desestimar cuando se lo preguntó, entonces Colin carecía de argumentos que comprendieran su actitud para con él. Y no es que su comportamiento lo molestara, no tanto como debería esa falta injustificada hacia su persona, sino que; lo que lo turbaba era el comprender que él no la hubiese creído capaz de tratarlo de esa manera. Eso lo tenía confundido; al borde de la desorientación si se quiere. Como si alguien de repente, le asegurara que los puntos cardinales hubiesen rotado de eje y que el Norte era de pronto el Sur.

Y para ser precisos, era justamente como se sentía.

Esa noche nada parecía tener pies ni cabeza: ni su comportamiento próximo a la locura, ni como se desarrollaba la velada; y mucho menos la Penelope que llevaba sujeta de la mano hasta el centro de la pista de baile con una ceñuda expresión resuelta que casi rivalizaba con la desconcertada expresión de él.

Nada había quedado de la jovencita que Colin conocía en el serio rostro de ella. De la que no hacía tantos minutos atrás, bailaba radiante de contenta con lord Kilmartin del mismo modo que lo había hecho con él tantas veces con anterioridad. La Penelope que él conocía, y que siempre le dedicaba una de sus amplias sonrisas, se había desvanecido en el instante que se volteó a su encuentro.

La observó de reojo previo a dejarla en el lugar que le correspondía en la fila y posicionarse frente a ella a la espera que los músicos diesen inicio. Inspiraba y exhalaba con bocanadas lentas y profundas, y por la tirantez con la que apretaba los labios, era fácil deducir que estaba enfadada. ¡Genial! Había sido un bruto, era cierto, y negarlo sería tacharse de medroso por pedirle que bailara con él de esa manera. ¡Santo Dios, si prácticamente la obligó hacerlo! Pero, se había disculpado, e incluso le había reformulado la pregunta a todas luces como un caballero (y en el tono apropiado de un caballero). Pero la verdad es que ya estaba hecho, y que ella, pese a la clara antipatía con la que aceptó, no iba a rehusarse para engrandecer la escena que él se había encargado de armar.

Seduciendo a Miss Featherington (fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora