~Capítulo 15~

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Narra Catra🍦:

Iluminada por la preciosa luz natural que ofrecía la luna y bailando ligeramente al ritmo de una canción pop mientras caminaba con una gran sonrisa en mi rostro, en cada casa por la que pasaba solía volver a chequear disimuladamente mi look, unos jeans negros y un top rojo con una chaqueta de cuero ¿Acaso no es el mejor outfit para una primera cita? Inconscientemente sonreí para mi misma, sintiéndome segura y cool por mi buen gusto a los segundos llegué a la casa de mi ahora "saliente" Pasé una de mis manos por última vez sobre mi cabello, tratando de dejarlo lo más arreglado posible y comprobé mi aliento, olía bien así que seguramente las mentas hicieron lo suyo, despues de todo, tenía que estar preparada si quería  disfrutar de otro beso con la rubia... o muchos más que uno.

Cuando por fin decidí que estaba lista toqué el timbre de la casa de aquella rubia, esperando impaciente a que bajase, escuché los pasos de alguien (que sabía perfectamente quien era) a lo lejos para luego escuchar una dulce voz pronunciar un "¿Catra?" Le respondí con un "Si, perdón si demoré un poco" Al instante vi como la puerta se abría dejando ver a una joven y hermosa mujer rubia luciendo un vestido azul corto, su maquillaje se veía perfecto al igual que sus tacones, vi como se acomodaba un pequeño mechón de su rubia cabellera detrás de su oreja mientras me sonreía y decía "No pasa nada, no esperé mucho"

Caminó hacia mí y pude ver como sus piernas empezaban a temblar un poco, no pude evitar reír enternecida para luego ofrecerle mi brazo para que se sujetase de mi.

-Luces preciosa, pero dime.. No estas acostumbrada a usar tacones, ¿verdad?.- Vi como sus mejillas se tornaba rojizas mientras me tomaba del brazo y me veía con mayor detenimiento.

-Sinceramente... No, pero no son muy altos, estoy segura que podré con esto.
 
-Si tu lo dices princesa, tendré que creerte solo no quiero tener que regresarte traída en brazos a tu casa, aunque pensándolo bien... no estaría mal.- Dije mientras le dedicaba una sonrisa traviesa.

-N-no creo que pase, y por cierto, tu también te ves increíble.- Dijo avergonzada mientras yo detenía a un taxi que pasó por nuestro lado para luego subirnos.

-Gracias, aunque no me puedo comparar contigo, tu brillas mucho, ten piedad de mí que no quiero perder la vista por tu resplandor.- Bromié mientras nos sentábamos juntas y le dije al conductor el lugar.

-¡Que tonta!.- Dijo casi gritando una sonrojada Adora para luego darme un pequeño empujón con su codo, estaba segura que mi broma le había gustado.

Pasamos unos minutos más de viaje hasta que llegamos a nuestro destino, una discoteca muy conocida en aquella ciudad, un lugar perfecto para jóvenes que desearan divertirse y pasar una buena noche, Adora estaba un poco confundida cuando llegamos ¿talvez pensaba que la llevaría a cenar a un restaurante? No sé si esto me hace "poco romantica" Pero yo pensaba en divertirme con ella y le iba a enseñar a soltarse y solo disfrutar.

La tomé de la mano y la guíe hacia el pequeño bar y pedí tragos para ambas, el mío me lo tomé en apenas un par de segundos mientras veía como Adora dudaba al ver su pequeño vaso de cristal.

-¡Vamos! Somos jóvenes ¿A que le temes? Esta noche solo somos tu y yo, no hay nadie para que te controle.- La animé y pude ver por un instante ese brillo de juventud en sus ojos, sonrió y tomó rápidamente su bebida.

Bebimos un poco más hasta que me empecé a preocupar por la resistencia de Adora así que decidí mejor sacarla a bailar, tomando su mano y guiandola a través de la multitud hasta un lugar donde estuviésemos cómodas, me acerqué a ella empezando a moverme al son de la música, colocando mi mano suavemente en su cintura, la acerque más y empezamos a bailar lentamente.

-Seguimos siendo tan malas como siempre.- Le susurré al oído.

-Eso parece.- Dijó la rubia con las orejas rojas intentando no hacer contacto visual conmigo.

-Mírame anda, tienes unos ojos preciosos.- Sujete con mi otra mano gentilmente su mentón y la obligue a mirarme, aquellos ojitos me derretian, solo con mirarla volvía a sentir su dulzura y las mariposas revolotear en mi interior.

-Tus ojos lo son aún mas.- Dijo a modo de reclamo pero manteniendo su mirada junto a la mía.

Acaricié su mejilla cariñosamente mientras con mi mano en cintura la apegue a mi y le sonreí, teniendo nuestros labios solo a unos centímetros de distancia le dije "Creo que te amo"  para luego besarla.

Más Dulce Que El Azúcar (Catradora)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora