Capítulo 13

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Comenzando otro hermoso día en la ciudad, iniciado desde ese cuartucho que algunas veces llegaba a ser un buen refugio y en otras ocasiones, podía ser tan malditamente frustrante.

En esta ocasión, parecía como un buen escondite.

Parecía, en tiempo pasado, antes de que a mis vecinos se les ocurriera pelear, nuevamente, por sus amoríos. Si no estaba reclamándole por infidelidad, le estaba reclamando por la falta de atención por el otro.

Siempre era una cosa o la otra.

Tan malditamente cansado escuchar siempre lo mismo, salí de allí. Me dirigí al trabajo, ese día trabajaba en la mañana.

Cuando YoonGi descubrió mi nueva rutina en la clínica, accedió sin problemas a darme libres las tardes o mañanas que necesitara. Incluso dijo que podía recuperar horas de trabajo, reparando a "domicilio" como él hacía cuando se trataba de clientes frecuentes.

Normalmente era solo a las casas de familias adineradas.

Quise asesinarlo cuando miré su entusiasmo al saber que iba a la clínica, pero lo detuve en seco, al dejarle en claro que no estaba recibiendo ningún tipo de terapia o ayuda.

Se había limitado a sonreír y negar —Tu no necesitas terapia, Hoba.— utilizando ese mote solo significaba lo contento que estaba por mi decisión.

Había pasado bastante tiempo desde que hizo uso de ese cariñoso mote, y fue imposible no tener una extraña sensación de que las cosas podrían mejorar. YoonGi siempre tenía buenos presentimientos cuando se trataba de mi vida, y SeokJin se encargaba de apoyar cada cosa que salía de boca del alfa, para terminar convenciéndome de una u otra manera de hacer lo que decían.

Y, esta vez con la clínica no fue excepción, aunque con menos efusividad, pero si con felicidad genuina. Solo se limitaron a callar y sonreír.

Por otro lado, estaba la situación tan jodidamente incómoda con el doctor Park, dos días atrás.

En sentido figurado, yo había quedado entre la línea de vida o muerte. Faltó poco para que asesinara sin remordimientos a ese omega. O con demasiados remordimientos.

Gracias a esa situación, encontré que soy lo suficientemente fuerte para controlar a mi lobo. No podía cometer semejante estupidez solo porque mi lobo perdía rápidamente lo estribos.

No pienso dejar que algo así suceda de nuevo, le había pegado un susto de muerte a JiMin y si era sincero, no me hizo sentir mejor. Solo deseé acariciarlo hasta que su rostro dejara aquellas facciones asustadas, pero los pensamientos habían llegado con rapidez y salí a paso rápido.

Era obvio que todo ese altercado fue escuchado en gran parte del edificio, y no quería que me sacaran como a un delincuente, suficiente tenía con mi apariencia.

El regresar a la clínica, estaba tomando gran parte de mi valor y orgullo, para poner un pie dentro y enfrentar al omega.

Iba preparado para actuar como el idiota más grande del mundo, pero necesitaba hacerlo y que el omega me lo permitiera, si quería que siguiera asistiendo a ese lugar.

Luego de meditar, meditar y meditar, mientras hacía mi trabajo, finalmente llegó el momento del día de tomar camino a la clínica. Siempre que pienso en llegar a ese lugar, un escalofrío de desagrado me recorre, y me pregunto si en algún momento eso se detendrá.

Como había dicho JiMin, debía acostumbrarme a mostrar mi rostro en ese lugar porque no siempre iba a estarme cubriendo. Solo espero sacarle algo de provecho a esas visitas, tal y como deseaban, al parecer, todos los que formaban parte de este loco circo.

Refusing | Hopemin |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora