Capítulo 24

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Después de esa noche en el bar luego de la huelga, todos nos despedimos cuando estuvimos más relajados.

Incluso luego de haber besado a JiMin, cosa que no parecía relajarme, pero sus labios tuvieron el efecto contrario y lograron llenarme de paz; al menos lo que duró el resto de la reunión con mis amigos.

Me encargué de dejar a JiMin en su hogar, no hubo mucha charla y tampoco quería tenerla, como para buscar respuestas. Luego me dirigí a mi cuartucho y cuando llegué pude escuchar los gritos que le lanzaba mi vecina a su esposo, sobre no ser infiel... la misma jodida historia de siempre.

Suspiré con pesadez cuando estuve acostado, sin pensar en cambiarme de vestimenta, el silencio finalmente se extendió por todo el edificio. El cansancio y la presión de los días anteriores comenzó a recorrerme el cuerpo y estuve a punto de dormirme, cuando una imagen apareció en mi mente.

Ahí estaba JiMin, frente a mí y en medio de las personas de la huelga.

Esta tarde, cuando caminé entre todos los de la huelga, para poder llegar y llevarlo conmigo, pude ver como sufrió al ver a todos corriendo y gritando con temor.

Fue suficiente para que el sueño se disipara, y tuve que sentarme en el borde la cama. No tardé mucho tiempo pensándolo, cuando ya estaba colocándome los zapatos.

Para cuando me di cuenta, iba conduciendo por la pista que me dirige a la zona donde vive el omega.

Estacioné en el borde de la acera y aseguré la motocicleta. Sin prestar mucha atención, ya que el lugar estaba lejos de ser peligroso.

Fui por el camino en medio del jardin de entrada de esa pintoresca casa de una sola planta. Las luces estaban apagadas, exceptuando esa claridad que salía por una de las ventanas de los costados. Caminé por sobre el pasto recién recortado, rompiendo mis pasos fuera del camino de piedra, llendo en dirección a ese lado donde provenía la luz.

La cortina semi translúcida que cubría una gran ventana rectangular horizontal, me dejó ver el interior de un dormitorio bastante pulcro, y apenas una figura borrosa en medio de las mantas. Suspiré intentando controlarme, e intentando no prestar atención a como continuaba dejando mi consciencia aparte y comenzaba a dejarme llevar por mi instinto.

Me di cuenta como estaba dejando de negarme muchos deseos profundos. Y todo desde que JiMin apareció.

Llevé mis manos al alféizar de la ventana y me apoyé allí, tomando aire, antes de tocar con dos nudillos el vidrio. Pude ver claramente como su cuerpo se tensaba y se giraba en dirección del proveniente sonido.

Tomé el borde de la ventana y la alcé, comprobando lo que me temía, JiMin es demasiado descuidado para vivir solo. Al dejar la ventana abierta las cortinas volaron con el frío aire de la noche.

El omega se levantó de inmediato y se acercó, hasta que logró mirarme entre las cortinas que continuaban ondeándose parsimoniosas. Sus ojos marrones continuaron viéndome y su mano se mantuvo sobre su pecho, como si sostuviera allí su corazón asustado.

Sin pedir permiso, me pasé por encima del alféizar y aterricé de un salto dentro de la habitación. Quedando de frente al omega, pero dejé de mirarlo.

Me dediqué a mirar e inspeccionar en cuestión de segundos, toda la habitación.

Y aunque desde un principio sabía que esto sería mala idea, igual no quise usar la razón o mi subconsciente, en cambio, continué usando a mi lobo.

Ahora estaba en el cuarto del omega, siendo rodeado por el aroma sutil del hombre. Suficiente para sentirme inquieto y con ganas de dejar de respirar, o respirar mucho más de él.

Refusing | Hopemin |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora