La risa después de la lluvia (Fragmento 5)

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El fuego de nuestro hogar fue el encargado de separarnos, y desde hoy, odio las llamas.







Las personas se reúnen alrededor del fuego, este acto lleva tanto tiempo existiendo, nuestros antepasados lo hacían como un acto sagrado, alababan a los dioses y le pedían milagros mientras tenían de testigo las altas llamas en la noche. Ahora, incluso nosotros, seres modernos, sentimos cierta atracción a reunirnos alrededor del fuego, por ejemplo, en un campamento, todos nos sentamos en un circulo rodeando el calor de la combustión de oxígeno. Hoy pienso que el fuego es horrible, no me gusta, le temo y aborrezco, nos reunimos alrededor de él, pero no para alabar ni pasar un buen rato, aquí no se escucha ni una sola risa, no hay nadie contado chistes ni historias de miedo. Aquí solo se queman recuerdos, se queman espacios que albergan un pedazo de nosotros, y en mi caso, se quema toda oportunidad de estar a su lado...

(¿Quién habrá pensado esto?)


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Al llegar, el observar el edificio siendo consumido en llamas fue un shock para mi corazón, nunca espere que mi estadía en este sitio iba a ser interrumpida de manera tan abrupta, para mí, el estar aquí se había convertido en mi rutina, a veces recuerdo que existe la casa de mis abuelos, pero si me siento sola en un pequeño apartamento, como será el estar en una casa grande, que en cada esquina tiene tallada las memorias que hoy tanto me hacen sentir abandonada...

El esta a mi lado en este momento, su cara esta igual de tensa que la mía, no entiendo ahora mismo lo que pasa por su mente, pero seguro que esta preocupado, seguro que tampoco se esperaba esto, también estoy segura de que sabe lo que va a hacer, seguro que simplemente regresará a la casa de su familia, seguro que el no se preocupa de adonde debe dirigirse, y seguro... seguro que no lo volveré a ver.

Lo intento mirar a los ojos, lo veo decidido, él no me ve, por un momento pienso que tal vez todo no se ha perdido, diga lo que diga, se que tal vez debería y me encantaría seguirle el juego, quien sabe si por un minuto, en sus pensamientos, aparece mi cara y toma la determinación de pedirme eso que ambos queremos ahora mismo...

Pero lo veo perder el brillo de sus ojos, y lo escucho susurrar... "Seguro que ella nunca lo aceptaría... con alguien como yo..."

...

A veces me odio a mi misma, ese escudo de hielo que cree a mi alrededor que en teoría sirve para protegerme, es ahora mi mayor enemigo. Cuando el hielo se rompa, seré feliz...

Ahora el me devuelve la mirada, me observa por cinco segundos y empieza a hablar...

KZ "Parece que tendremos que mudarnos, mínimamente por un tiempo..."

KZ "¿Tienes algún lugar al que ir?"

En este momento esta en mis manos el crear mi camino, el crear mi felicidad, estoy segura de que, si le digo que no tengo donde quedarme, el me ofrecerá ir con su familia, estoy segura que su abuela estará encantada de tenerme con ellos. Es la oportunidad perfecta... de escapar de esa casa a la que aún no quiero volver, o al menos, no sola.

"Supongo que regresare a la casa de mis abuelos"

...

Respondo de manera automática... no pude ni pensar bien mi respuesta y ya había dicho estas palabras. Gracias yo misma, gracias por arruinar todo, solo por mi estúpido orgullo...

Cuando el hielo se rompe. (Kanojo Okarishimasu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora