•Capítulo 13•

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Lágrimas en las mejillas de Cassidy.

¿Enserio? Se supone, es su novio.

Cállate, estoy enojada contigo.

Ah.

–Él está grave– dijo él doctor.

–¿Y se puede salvar?– preguntó Steve.

El doctor asintió, los padres de Alexander estaba ahí junto a Cassidy.

–Son las 11 de la noche– dijo Cameron– Y nunca hay paz.

Le dí un codazo.

–¡Ay!– se quejó.

–Cállate– susurré– No es necesario que digas eso.

–Y tampoco el codazo– dijo.

Cassidy quiso quedarse y nosotros fuimos a la casa de Cameron.

–Estoy cansada– dije.

–¿Quién no?– preguntó Cameron.

–Alguna persona en una fiesta– respondí.

Él rió y me dió un poleron.

–Ponte esto– dijo– Estarás más cómoda.

Lo tomé y fui al baño a ponerme el poleron.

–Listo– dije.

Él estaba solo con un pantalón y su torso se veía y era muy musculoso.

–A dormir– dijo él dándome un beso en la frente.

–Miren esos músculos– dije abrazándolo.

Él rió.

–Lo sé– dijo él– Son increíbles.

–Vamos a dormir– dije.

Nos acostamos a dormir hasta el día siguiente.

–Nena…– escuché.

–Mmmm– dije.

–Despierta– dijo Cameron.

–Cinco minutos más– murmuré.

–Llegaremos tarde al instituto– dijo dándome besos en la cara.

–Por un demonio– murmuré.

Él rió y me levanté.

–Ya estoy despierta– dije sobándome los ojos.

–¿Estás bien?– preguntó.

–Sip– dije.

Me dió un besito.

–Cambiate, tenemos que irnos nena– dijo.

–¿A dónde?– bromeé.

–Al instituto tontita– dijo él riendo.

Asentí.

–Pero no pienso ir contigo– bromeé.

Él me miró y luego me cargó cómo un costal de papas.

–Bájame– dije riendo– Solo bromeaba.

Me sentó en la encimera del baño y separó mis piernas para que él quede entre ellas y puso sus manos en mis muslos.

–¿Ah sí?– preguntó con una leve sonrisa.

Reí.

–Mmmm– dije– Tal vez no fue broma.

–O tal vez solo lo haces para que haga lo que tú quieras– dijo él.

–Nop, pero podemos hacer otra cosa que no sea broma– dije con una sonrisa.

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