•Capítulo 50•

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Cameron

–¿Es enserio Cameron?– preguntó Steve.

–No me digas nada, solo quiero que esté bien– murmuré.

El doctor salió después de una hora y habló.

–Ella está bien y el bebé igual, solo fue una alteración, se tiene que cuidar– habló– Puedes pasar a verla, está preguntado por tí, Cameron.

Suspiré y entré.

–Liss– hablé.

–Perdón, perdón por todo, perdón por…– la interrumpí con un beso.

–Perdóname mí, no debí decirte esas cosas, no fue culpa tuya– murmuré.

Le dí un beso en la frente y la miré.

–Mira esos ojitos– murmuré– No me gusta verte así y lo sabes.

Le acaricié la mejilla suavemente.

–Vamos a casa– murmuró.

Sonreí y le dieron el alta, subimos a su camioneta y ella subió atrás junto a mí.

–Yo solo solin, aquí adelantin– cantó Steve.

Reí y Lissie igual.

–Llévanos a casa, chofer– reí.

–Calla sirviente– habló Steve.

Me reí y llegamos a casa, bajé y Lissie también.

–Bájate de mi camioneta– exigió Lissie.

Steve se bajó y se subió a su auto y se fue, nosotros entramos y subimos a la habitación, ví la cama desordenada y miré a Lissie.

–Fue culpa de Steve, no me dejó tender la camita– sonrió Lissie.

–Claro– reí.

Tocaron el timbre y Lissie me miró.

–¿Visitas?– preguntó.

–No lo sé– respondí.

Se cambió y se puso un buzo.

–Vamos abajo– me jaló.

Bajamos y abrí la puerta.

–Ah eres tú– murmuré.

–Cameron– habló Leandro.

–¿Quién es, amor?– preguntó Lissie desde la sala.

–Nadie importante– respondí.

–Soy yo– habló Leandro.

–Ah, cierra la puerta– habló Lissie.

Cerré la puerta y él volvió a tocar el timbre.

–¡Joder!– grité.

Más que un juegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora