Más que un juego

•Capítulo 41•

Y aquí vamos, ya había salido de mi casa y estaba yendo al instituto yo sola, Cameron estaba enojado y Steve y mi otro hermano, Christian, iban a ir más tarde, pasé por una cafetería y llevé un café, lo terminé y tiré el embase en un tacho de basura, llegué al instituto y entré, todos me miraron y seguí hasta mi casillero, lo abrí y encontré una carta.

–¿Y esto?– pregunté.

La abrí.

<<Lissie, estás en problemas, mira detrás>>

–Ay no…– murmuré.

Detrás había unas fotos de Cameron y yo, una en el arbusto y otra en la biblioteca, suspiré y escuché un grito.

–¡Lissie!– gritó Raymond.

Guardé la carta y cerré el casillero, se acercó a mí y me miró.

–Ray…– murmuré.

–¿¡Qué me vas a decir?!– gritó.

Todos miraron y algunos empezaron a grabar.

–Ray, aquí no– murmuré.

–¡Confíe en tí!– gritó.

–Yo…– murmuré.

Me mostró las mismas fotos y luego lo miré.

–Ray yo…– me interrumpió.

–¡Dejé que estés con él porque pensé que ya no lo querías!– gritó.

Mis lágrimas cayeron y lo miré.

–¡Yo te amaba!– gritó– ¡Te dejé con él porque… fui un idiota!

–Yo lo amo a él– murmuré.

Me miró enojado.

–¿Qué?– preguntó.

–Yo lo amo a él, no a tí– respondí.

No aguantó más y me tiró una fuerte cachetada y luego otra, escuché murmullos y lo miré con las lágrimas cayendo por mis mejillas y con el labio roto.

–Eso te pasa por ser una perra– me tiró otra cachetada.

Y me golpee en el casillero, mi labio sangró más y lo miré.

–Uuuuu– escuché.

–Eres un genio– escuché.

–La bajaste de su nube– gritaron.

Lo miré y él estaba sonriendo, me tomó del cabello y me golpeó el labio en el casillero y me soltó, unos se quedaron callados y estaban mirándome.

–¿Vas a volver a mentir?– preguntó.

–Ya no, no más, tú y yo hemos terminado– murmuré.

Ví a Cameron detrás y se acercó.

–Vámonos de aquí– murmuró.

Asentí y Raymond habló.

–Aquí está, el idiota que me robó la novia– rió él.

–Lindo…– murmuré.

Tensó su mandíbula.

–Vamos– murmuré.

Se calmó y salimos del instituto.

–¡Perra!– gritó Raymond saliendo.

–¡Cameron no!– grité.

Había corrido hacia él, empezaron a pelear, Raymond sacó un cuchillo y estaba por apuñalar a Cameron, miré a Cameron y él no se había dado cuenta.