•Capítulo 53•

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Lissie

–Ya, vamos– hablé.

–¿Ya?– preguntó.

–Sí– reí– ¿Vamos?

Cameron asintió y salimos del hospital, subimos a su auto y fuimos a casa, llegamos y subimos a la habitación, en estos meses no pasó nada, llegó Navidad y vaya, había más regalos para Connor que para mí, año nuevo, igual, ya estamos por fin 2023, en este año nace Connor, me caso con Cameron en este mes de enero y wow, ya cinco meses de embarazo.

–Bueno, el vestido te queda, tu pancita no está tan grande– habló mamá.

Asentí y sonreí.

–Ten, gracias mami– sonreí y le dí la tarjeta.

–Nada de pagos, es mi regalo de bodas– rió ella.

Reí y suspiré.

–Mañana es el día, bueno, en realidad solo faltan horas– hablé.

–7 de enero, wow– habló mamá.

Sonreí y suspiré.

–Y pensar que antes literalmente se odiaban mutuamente– rió mamá.

Reí y asentí.

–Bueno, me voy, te quiero– me fui.

Llegué a mi casa y guardé el vestido en la caja, la dejé en el armario y al rato Cameron llegó.

–¿Cómo está mi futura esposa?– preguntó él.

–Nerviosa, feliz y con ganas de hacer pis, ya vuelvo– reí.

Entré al baño y luego salí.

–Ya– sonreí.

–¿Y esa caja?– preguntó.

–No la abras, es mala suerte ver el vestido de la novia– respondí.

–Bueno, tengo que ir a mi despedida de soltero– sonrió Cameron.

Asentí.

–Yo también tengo que ir a la mía– reí– Nos vemos.

Salimos de la casa y fui a la casa de campo con las chicas.

–Hemos llegado– habló mamá.

Sonreí y suspiré, entramos y preparamos todo, empezó la fiesta, no hubo trago, solo hubo juegos, comida y ya.

–Bueno, en unas horas te conviertes en la señora Blake– habló Delfi.

Asentí nerviosa.

–Dios, estoy súper nerviosa– reí.

Escuchamos el llanto de Alana y reí.

–Oh mamá, tu hija te llama– me burlé.

Delfi rió y subió a ver a mi pequeña sobrina.

–Bueno, vamos a comer– habló mamá.

Todas fuimos a comer, ya eran las 2AM y tenía sueño.

–Vamos a dormir, me caso en unas horas y necesito dormir– hablé.

Asintieron y subimos a nuestras habitaciones, entré a mi habitación y mi celular sonó.

–¿Qué pasó amor?– pregunté riendo.

–¿Vas a dormir ahí?– preguntó.

–Sí– respondí– No puedes ver a la novia antes de la boda.

–Ahhhh, estoy solito– habló.

Reí.

–Ve con tus padres, estarás bien sin mí, es solo hoy, luego me tendrás solo para tí– hablé.

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