¡ cuatro !

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Jeongin tiene un grupo de amigos bastante interesante; fue el primer pensamiento de Hyunjin cuando los conoció en una invitación al parque, de parte del pelirrojo, con la intención de que sus amigos se conociesen entre todos para expandir el grupo, una idea que debería aplicar igualmente para que Jeongin pudiese conocer más profundamente a Seungmin y Jisung, sería grandioso poder salir y convivir entre todos, hacerse grandes amigos.

Pero en fin, nos estamos desviando del presente, donde dos chicos estaban tranquilos comiendo en una mesa de la cafetería, con grandes risas escapando de los labios del azabache y otras más suaves por parte del castaño en su animada charla.

— Chicos~. Aquí está Hyunjin-hyung —anunció Jeongin su llegada, deteniendo la conversación de sus amigos que voltearon a verlo para saludar al omega con una amable sonrisa.

— Buenos días —dijo Minho, su compañero de clases.

Aquel beta era un chico bastante inteligente y aplicado, era relajado la mayor parte del tiempo o al menos durante las horas de clase, ya que luego de éstas podías apreciar su lado divertido, dulce y bromista, disfrutando de molestar constantemente a sus amigos entre inocentes bromas, sobre todo al omega mayor de cabello azabache y semblante rudo.

— Buenos días, Hyunjin —habló Changbin, el omega que aún lograba confundir al rubio.

El azabache mayormente vestía con prendas oscuras, el negro era el color que dominaba en sus outfits, su apariencia ruda y fuerte contrariaba lo que Hyunjin esperaba en un omega. En el momento en que lo vió, Hwang pensó que el chico era un alfa, su presencia era demasiado dominante, capaz de encarar a quien sea, y sólo se sorprendió en demasía cuando descubrió que estaba equivocado en su suposición.

Recuerda como aquel día le comentó a su madre que conoció a un omega diferente a lo que ella siempre le decía, recuerda su ceño fruncido en disgusto y como le respondía que era mejor no juntarse con esa clase de gente que se atrevía a romper con ese sistema. Pero Hyunjin desobedeció aquella orden sin que la alfa lo supiese, pues Changbin era una persona bastante agradable, cariñosa y dulce si llegabas a conocerlo más a fondo.

Ese omega le hacía pensar que le gustaría ser como él o como Seungmin, vestir como desease sin recibir una crítica, seguir sus sueños sin ser bloqueado por los comentarios de su progenitora. Tan sólo le gustaría hacer lo que quisiese y ser como quisiese.

Oh, su madre se enfadaría demasiado si descubriese lo que estaba pensando.

— Buenos días a ambos —correspondió el saludo, la suave sonrisa brillando en sus regordetes labios mientras se sentaba a un lado de Jeongin, integrándose rápidamente a la charla.

— Hey, hyung —llamó su atención el pelirrojo, deteniendo parte de su risa provocada por la historia que Minho estaba contando.

— ¿Sí?

— Dí a~ —acercó un pequeño trozo de chocolate a los labios de Hwang, rozando la punta de sus dedos con estos.

Hyunjin podía sentir su rostro comenzar a arder mientras abría la boca tímidamente, aceptando el dulce para luego soltar un ruido de satisfacción al comerlo, amaba los dulces, sobre todo el chocolate, un gran manjar que apartaba su estrés y lo calmaba.

Escuchó la suave risa de Jeongin y regresó su mirada a este, el rostro del chico brillaba con aquella sonrisa, sus hoyuelos destacando hermosamente, sus dientes blancos y perfectos a la vista y sus ojos achicándose en dos preciosas medialunas que Hyunjin quería admirar para siempre, el olor que desprendía parecía ser un poco más fuerte y lo atraía. Ah, su pecho se sentía extraño nuevamente y su lobo sólo quería saltar de emoción.

La campana lo sacó de su trance y pronto se hallaba caminando rumbo a su próxima clase, soltando un profundo suspiro mientras le daba una mordida al chocolate que Jeongin le había regalado.

── pastel boy !Donde viven las historias. Descúbrelo ahora