¡ once !

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— El amigo de la pareja de Seungmin piensa hacer una fiesta este sábado y nos invitó a todos —comentó el rubio luego de darle una mordida a su sandwich, después de aquel intenso momento y algunos cuantos besos más de por medio, ahora estaban simplemente sentados en la suave cama de Jeongin, disfrutando del aperitivo que les trajo la señora Yang y acurrucados al lado del otro.

— Eso suena divertido.

— Seungmin dijo que Felix no tenía problema con invitarte, así que... ¿qué opinas de ir juntos?

— ¿Eso puede contar como una cita? —preguntó con una pequeña sonrisa coqueta, acercándose más al rubio quien se sonrojó en respuesta.

— N-no lo sé —respondió nervioso, mordiendo su sandwich como excusa para mantenerse callado, desviando su mirada del contrario.

El pelirrojo rió divertido, acariciando los rubios cabellos de su hyung con cariño.— Eres demasiado adorable, hyung —tomó sus mejillas, estirándolas levemente y riendo por los pequeños quejidos—. Me gustaría ir a la fiesta contigo —besó sus labios y fue correspondido de inmediato, disfrutando de esa maravillosa unión.

¡ ☁︎ !

Regresó a su casa horas más tarde, demasiado alegre y animado, quitándose las zapatillas en la entrada y dando pequeños brincos hasta la cocina para buscar un vaso con agua, saludando a su madre quien estaba preparando la cena y la ayudó con eso.

— ¿Qué te mantiene tan alegre, Jinnie? —preguntó con una sonrisa la alfa, alegre de ver a su hijo tan animado.

— Sólo tuve un buen día —respondió con simpleza, acomodando los platos sobre la mesa de madera.

Fue una cena tranquila por suerte, con los dos disfrutando en silencio su comida, escuchando la suave música que se reproducía en la radio; un ambiente agradable.

Regresó a su cuarto luego de ayudar a su madre a limpiar, cambió su ropa del día por su pijama con ositos y se tiró en la cama, abrazando a su peluche apenas su espalda chocó con el colchón en un pequeño rebote, callando un grito con el suave objeto.

En ese punto había decidido dejar varias cosas atrás, dejar de pensar tanto en el amor, dejar de pensar que amar a un omega estaba mal.

En ese punto, lo único que quería era seguir sintiéndose amado entre los brazos de Jeongin, disfrutar sus caricias, sus besos, disfrutar de su presencia y de lo libre que se sentía a su lado.

Mientras en casa y afuera debía seguir las reglas dictadas por su progenitora, con Jeongin podía romperlas tanto como quisiese.

Se había probado tanta ropa de Jeongin esos días, viendo qué tal le quedaban esos nuevos estilos, sintiéndose confiado mientras el menor le halagaba. Al fin se sentía libre, quizás no lo era aún del todo y le costaría serlo pero con lo que iba logrando hasta ahora era un buen comienzo.

— Jeongin... —murmuró a la nada, posando su mano en su pecho, tomando parte de la tela de su camiseta mientras cerraba el puño— Te amo... —confesó, con parte de su rostro oculto tras el peluche, sus mejillas ardiendo suavemente mientras aceptaba lo que sentía en voz alta.

Esa confesión era una promesa dicha al viento que esperaba fuera llevada, por la brisa que se filtraba por la ventana, hasta el pelirrojo, para que éste así supiese que nunca más Hwang Hyunjin volvería a negar todo eso que sentía.

── pastel boy !Donde viven las historias. Descúbrelo ahora