¡ veintidós !

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La alfa comenzó a acercarse y, por más que deseó retroceder, sus pies no se movieron. Estaba congelado por la situación y la firme mirada de su madre era suficiente para que sus manos temblasen y sus piernas flaqueasen.

— Hwang Hyunjin —pronunció su nombre con firmeza y enfado, tomándolo del brazo con cierta brusquedad—. ¿En qué parte de tu cabeza pensaste que huir de casa era buena idea? Maldita sea, Hyunjin.

— ¿C-cómo me encontraste?

— Te ví junto a otro chico y decidí seguirlos hasta aquí, yo estaba preocupada por ti y tú simplemente divirtiéndote con tus amigos, desobedeciendo mis reglas, escapando de casa para ir a una fiesta y luego no regresar. ¿Qué estuviste haciendo, eh? ¿Te gustó tanto andar como una puta que eso es lo que estas haciendo ahora?

— ¡Cállate! —no quería gritar y formar una escena frente a tanta gente pero no pudo evitarlo, las palabras de su madre lo estaban lastimando.

No, no, no, él no era ninguna puta, nadie debería ser llamado así o juzgado simplemente por su forma de vestir o por lo que quisiera hacer con su vida.

— No, cállate tú, Hyunjin, nos vamos a casa ahora —comenzó a caminar y arrastrarlo, pero antes de que pudiese dar más pasos, un chico pelirrojo la detuvo.

— Suéltelo —gruñó el alfa, y el rubio alzó la mirada, encontrándose con la escena de Jeongin y su madre mirándose casi con llamas en los ojos, gruñidos bajos por parte de ambos, imponiendo dominio.

— No eres nadie para decirme qué hacer, es mi hijo y yo decidiré qué hacer con él.

— ¡Él es mi omega, y no dejaré que le haga daño! —avanzaban con pasos cortos pero firmes, dejando al omega atrás.

Hyunjin temblaba nervioso, observando las miradas curiosas de la gente que estaba cerca. Mierda, eso no era bueno, estaban haciendo una escena, llamando la atención de todos; una pelea entre alfas no terminaría nada bien.

— ¿Ah, sí? Pues no veo ninguna marca en su cuello, además, ¿qué clase de alfa eres? —le dió una mirada de pies a cabeza, juzgándolo—. Tan patético.

Antes de que Jeongin pudiese acercarse y armar pelea, Hyunjin se interpuso entre ambos, deteniéndolos.

— Por favor, paren —pidió, cerrando los ojos con cierto temor al estar en medio de una discusión entre dos alfas bastante enojados, pero respiro hondo y alzó la cabeza—. No hagan una escena más grande, la gente nos está viendo.

Los alfas se detuvieron, observando de reojo alrededor y asintiendo con la cabeza en silencio, dándole la razón al omega.

— Jeongin —esta vez volteó a verle, ofreciéndole una sonrisa dulce y leve—. Iré con mi madre ahora.

— Pero hyung-

El rubio lo interrumpió, negando con la cabeza y acercando una mano para poder acariciar su mejilla.— Estaré bien, no te preocupes, yo debo hablar con ella.

Yang asintió en silencio, besando su palma antes de dejar que el chico se fuera con su madre, esta aún lucía un tanto furiosa pero intentaba calmarse mientras veía a su hijo.

Jeongin regresó con los demás luego de eso, el grupo de amigos estaba sentado a unas cuantas mesas de distancia de donde sucedió la discusión, luciendo nerviosos, algunos aún estaban en posición para correr, listos para entrometerse y ayudar a su amigo, pero el menor les había pedido que se quedasen sentados y que él se haría cargo.

Se dejó caer al lado de Minho, apoyando su cabeza en el hombro del beta mientras este pasaba sus dedos por los cabellos de su nuca, calmándolo.

— ¿Hyunjin estará bien? No sé si realmente dejarlo ir fue la decisión correcta.

── pastel boy !Donde viven las historias. Descúbrelo ahora