¡ doce !

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El resto de la semana pasó con tranquilidad, con encuentros más frecuentes con Jeongin y las grandes sonrisas de sus amigos, felicitándolo por al fin haber seguido a su corazón y comenzar a salir con el menor.

— Y-ya les dije que no somos pareja —les repitió con sus mejillas enrojecidas mientras caminaban a la salida del centro comercial.

Habían decidido salir ese día a pasear luego de terminar sus clases, no había una razón en específico, simplemente querían caminar y charlar un rato, disfrutar el tiempo juntos como los mejores amigos que eran, y sacando su lado competitivo en la sala de juegos para ver quién pagaría por la comida; Jisung siendo el perdedor nuevamente, se quejó de cómo acababa de gastar toda su mesada mientras comían unas hamburguesas.

Ambos omegas se unieron para burlarse del beta que les pateaba por debajo de la mesa, aunque al final terminaba por sonreír igual de divertido, el hecho de ver a sus amigos tan felices podía calmar la derrota; qué importa gastar un poco de dinero si había podido disfrutar de la sonrisa de sus chicos.

Fue una tarde agradable y el atardecer se avecinaba en el cielo mientras los tres amigos caminaban juntos.

— Estos chicos de ahora que hacen las cosas tan lentas —respondió el omega menor, negando con la cabeza.

— No te hagas el viejo, si eres el menor, Min —se quejó Hyunjin con un puchero, obteniendo que su amigo apretase sus mejillas ante la tierna expresión.

— Eres tan lindo~, pero shhh, tengo más sabiduría y experiencia que todos ustedes —lo soltó, recibiendo las quejas contrarias con una sonrisa mientras caminaban juntos hasta la parada de autobús, el beta azabache uniéndose para pellizcar las mejillas del rubio quien le sacaba la lengua.

— Y Hyunjin, ¿ya le dijiste a tu madre sobre la fiesta? —cambió de tema Jisung, mirando a su amigo entre una sonrisa cariñosa pero un tono igualmente preocupado, teniendo la esperanza de que aquella alfa lo dejase al menos divertirse una vez en su vida.

Tanto Seungmin como Jisung conocían cómo era la madre de su alto amigo, aunque no sabían toda la historia y comportamientos de esta, habían sido el hombro en cual Hyunjin se apoyaba, donde liberaba sus quejas y estrés acumulado o al menos un parte de eso; sus estúpidas reglas y las opiniones que la mayor tenía hacia otros omegas y alfas era lo que más destacaba en el desahogo del rubio.

— Aún no —respondió un tanto nervioso, jugando con las correas de su mochila y mirando hacia el suelo, mordiendo levemente su labio inferior antes de soltarlo y suspirar—. Sólo esperemos a que todo salga bien.

— Mantengamos los ánimos arriba —animó el menor, abrazando a sus amigos por los hombros, ofreciéndoles una brillante sonrisa que fue correspondida.

Se despidieron cuando llegó el respectivo autobús de cada uno, prometiendo mensajearse más tarde para mostrar sus atuendos del día siguiente, esto mayormente por idea del omega menor, quien simplemente quería enseñarles a todos su nueva ropa.

El viaje se sintió más corto que de costumbre para Hwang, mirando por la ventana las calles pasar con sus auriculares puestos, reproduciéndose en estos una suave melodía que calmaba sus tensiones hasta que llegó a su hogar, donde se tomó unos segundos para armarse de valor antes de abrir la puerta e ingresar.

Escuchó el sonido del televisor y se encontró con su madre que veía una película, bastante concentrada en la pantalla hasta que Hyunjin se sentó a su lado, el sofá hundiéndose debido al nuevo peso la hizo girar la cabeza, encontrándose con su querido hijo al cual le ofreció una sonrisa.

— Estaba a punto de levantarme para comenzar a preparar la cena luego de esta escena, aunque supongo que ya habrás comido, pero aún así puedes hacerle un poco de compañía a tu madre, ¿cierto?

El menor asintió en respuesta, sonriéndole levemente a su progenitora.

Se levantaron y caminaron hasta la cocina, el sonido del televisor encendido era lo que rompía con el silencio instalado, las voces de los actores en alguna escena emotiva era lo que distraía a su mente, o esa era la excusa que al menos buscaba para atrasar el momento. Pero tenía que ser valiente y arriesgarse.

— Oye, mamá... —comenzó un tanto inseguro, jugando con sus dedos.

— ¿Sí, Jinnie? —respondió sin mirarlo, bastante concentrada en picar el tomate y la cebolla.

— El amigo de Chan piensa hacer una fiesta mañana y Seungmin nos dijo que también estábamos invitados, así que me preguntaba si... —su frase fue interrumpida por el fuerte ruido del cuchillo al cortar con la tabla de madera, el tomate ahora partido por la mitad, y la mirada seria de su madre clavándose en la fruta.

— No.

— Pero mamá —otra vez fue detenido, ahora la alfa lo miraba con el ceño fruncido.

— ¿Qué te respondí en todas las veces que me preguntaste si podías asistir a alguna fiesta? —su tono era calmado pero firme al hablar.

— Que no... —murmuró, recordando la cantidad de veces que su progenitora le negó el convivir con sus compañeros y amigos en alguna fiesta o reunión, mayormente tenía que aprovechar la salida del colegio para divertirse con ellos, aún sabiendo que su madre podría quejarse sobre ello en cualquier momento.

— Entonces, ¿qué te hace pensar que esta vez cambiaré de opinión Hwang Hyunjin? —odiaba cuando usaba su nombre completo, lo hacía sentirse indefenso, en la espera de un nuevo estallido que llevaría a la mujer a usar su voz de alfa, obligándolo a agachar la cabeza, a reconocer su lugar como omega nuevamente—. Mejor no discutamos ahora, ya peleamos suficiente estos días, Hyunjin, sólo hazle caso a tu madre, ¿sí? —le ofreció una sonrisa, acercando su mano a la mejilla de su hijo para acariciarla, dando por terminado el asunto cuando regresó a la comida.

— No.

── pastel boy !Donde viven las historias. Descúbrelo ahora