𝐄𝐋𝐄𝐕𝐄𝐍 -Esto es solo el comienzo-

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1960

Los años habían pasado, el tiempo se había esfumado, pero los recuerdos aún permanecían allí. 

Tessa había sufrido bastante sin Elvis durante esos dos años, pero aún así trató de retomar su vida, tomando varios papeles en diferentes películas y tratando de aferrarse lo más que podía a su trabajo, para así poder olvidar, aunque sea por un momento, la soledad que la abrumaba cada día, desde que el sol se ponía hasta que la luna renacía. 

Todo en Graceland seguía igual desde la ultima vez que Elvis había estado allí. La chica no había querido cambiar absolutamente nada, solo hizo unos pequeños retoques en la sala de estar, pero nada muy exagerado. 

Tessa solamente esperaba con ansias aquel día en el cual él regresara a casa. 

Elvis solía llamarla todas las noches y le enviaba cartas cada semana, con varias fotografías y postales, pero ya habían pasado varios días desde la ultima llamada, y eso preocupaba a Tessa. 

—Vernon, ¿Tienes idea de por qué Elvis no ha recibido mis llamadas en los últimos días?— preguntó la rubia mientras movía de lugar algunos cuadros de la sala de estar. 

—No tengo idea, Tessa. Pero no te preocupes, tal vez solo es la vía telefónica — respondió mientras quitaba su vista del periódico. 

—¿Pero crees que él esté bien?—

—Desde luego que sí, seguro que pronto te llamará—

En ese preciso momento, el timbre sonó, lo cual fue bastante raro, ya que eran como las dos de la tarde, y no era usual que alguien tocara la puerta en esa hora. 

—Yo voy— dijo Teresa mientras dejaba los cuadros sobre el suelo y se dirigía hacia la puerta. 

En cuánto abrió la puerta se encontró nuevamente con ese hermoso rostro de belleza angelical, después de tanto tiempo. 

Sus profundos ojos azules brillaban naturalmente, y una gran sonrisa adornaba su rostro. 

—Hola, Tea-Tea— dijo Elvis con una sonrisa. 

Los ojos de la rubia se abrieron de par en par y sus dientes brillaron al ver al ojiazul frente a ella. 

—¡Elvis!— exclamó mientras se abalanzaba sobre los brazos del chico. 

Instantáneamente sus labios se unieron en un pasional y dulce beso. 

Seguido de eso, Elvis elevó a la chica en el aire y la hizo girar por todo el pórtico de la casa. 

El anhelo por sentir ese cálido sentimiento de protección y refugio se desataba por sus venas. 

Era la primera vez en dos años que ambos no escuchaba sus voces en tiempo real, que se abrazaban y besaban. 

—¡No puedo creer que ya estés aquí!, ¿Por qué no me avisaste nada?— preguntó Tess mientras acariciaba el castaño cabello de Elvis. 

—Quería que fuera una sorpresa— confesó. 

—Adoro tu nuevo look— dijo el castaño mientras observaba de cabeza a pies a la chica. 

Tessa había cambiado un poco durante los últimos dos años. Su cabello estaba de una tonalidad más clara y sus ondas se deslizaban hasta por abajo de los hombros. De vez en cuando solía lucir el clásico "bumpit" sobre sus mechones rubios. 

Su estilo de vestir había cambiado un poco, adoptando los sweaters y faldas largas tableadas como nueva adquisición. 

Adoraba complementar sus atuendos con brazaletes y aretes de oro, y un sutil maquillaje, con su característico delineado, pestañas rizadas y labios rosa claro o de un ligero carmesí. 

𝐊𝐈𝐒𝐒𝐄𝐒, 𝐃𝐈𝐀𝐌𝐎𝐍𝐃𝐒 𝐀𝐍𝐃 𝐏𝐀𝐒𝐒𝐈𝐎𝐍 • Elvis (2022)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora