Semanas y semanas se desintegraron en la vida de Tessa, cada día era como una tortura propia el tener que despertar por la mañana y no ver a Elvis a su lado. El simple hecho de observar a un costado y ver ese espacio vacío y frío, provocaba heridas y mas heridas en el corazón de la rubia durante cada día de su vida.
El tener que cuidar a sus hijos sola y verlos sufrir por la falta de su padre también le dolía, y siempre intentaba buscar alguna excusa para darles, pero claro, Nicky y Liney ya eran lo suficientemente sensatos como darse cuenta de lo que realmente sucedía.
A pesar de todo, Tessa continuaba amando a Elvis, y sabía que lo haría hasta el final de sus días, pase lo que pase.
Sabía que Elvis era el amor de su vida, más bien su alma gemela.
Pero desde luego que no todas las historias que comienzan bonito terminan de la misma manera.
Y aunque no lo admitiese, durante cada segundo anhelaba la presencia de su esposo a su lado, sus cálidos toques, sus encantos propios, cada una de sus tonterías y sus embriagadores besos.
Esa mañana, Tessa se encontraba sola en el apartamento de Ivonne. Los niños estaban en la escuela y su amiga había ido a la peluquería por nuevo corte.
La rubia se encontraba leyendo la reciente edición de la revista Vogue, al mismo tiempo que bebía su tan adorado café intenso.
Este tipo de cosas, a pesar de ser tan simples, la sacaban de la realidad aunque sea por algunos minutos, haciendo que su mente pudiera tener paz.
Repentinamente el timbre sonó. Tessa se levantó del sofá donde estaba sentada y se dirigó a la puerta, con una ligera sonrisa en su rostro para recibir a quien ella creía era Ivonne.
Oh Dios mío... Pensó en cuanto abrió la puerta.
Esa belleza angelical y despampanante estaba frente a ella, una vez más.
Las llamas de su corazón la consumían. Había vuelto a tener aquel sentimiento después de tanto tiempo...
Sus azulados ojos casi que lloriqueaban, y un ligero brillo se esparcía por ellos.
Elvis, amor de mi vida, has regresado...
El azabache se quitó sus oscuras gafas, dejando ver sus tristes ojos detrás de ellas.
Tessa lo observó bien, y él se veía tan... ¿Lucido?
No había ni un rastro de pastillas en él. Se veía tan sincero, amigable y perfecto. Tal como lo era antes...
La rubia soltó un leve suspiro y observó como su esposo formaba una pequeña sonrisa en sus labios.
—Hola, Tea— murmuró Elvis.
Un sentimiento de nostalgia invadió el cuerpo de la ojiazul, recordando todos aquellos buenos momentos con su esposo a su lado. Miles de escenas pasando por sus ojos en aquel instante.
El inmenso querer de abalanzarse a sus cálidos brazos y fundirse junto a él como si fuesen una sola pieza era terriblemente inmenso. Tan grande que llegaba a desbordar su sentido común.
Sus ojos se humedecieron aún mas, formando una gruesa capa de lágrimas en su párpado inferior.
Tessa no logró contenerse mas y en un abrir y cerrar de ojos, se acercó lentamente hasta Elvis para refugiarse entre sus brazos con tal fuerza.
El azabache se inmutó a decir una sola palabra, y acarició levemente el sedoso cabello de su esposa.
Lágrimas, lágrimas y más lágrimas caían de los ojos de Teresa. Pero no eran lágrimas de tristeza, eran de completo alivio.
ESTÁS LEYENDO
𝐊𝐈𝐒𝐒𝐄𝐒, 𝐃𝐈𝐀𝐌𝐎𝐍𝐃𝐒 𝐀𝐍𝐃 𝐏𝐀𝐒𝐒𝐈𝐎𝐍 • Elvis (2022)
أدب الهواة"𝑁𝑜 𝑡𝑒 𝑝𝑟𝑒𝑜𝑐𝑢𝑝𝑒𝑠, 𝑐𝑎𝑟𝑖𝑛̃𝑜, 𝑒𝑠𝑡𝑜 𝑠𝑜𝑙𝑜 𝑒𝑠 𝑎𝑙𝑔𝑜 𝑓𝑢𝑔𝑎𝑧. 𝑁𝑎𝑑𝑖𝑒 𝑠𝑎𝑏𝑟𝑎́ 𝑑𝑒 𝑛𝑜𝑠𝑜𝑡𝑟𝑜𝑠" "𝑇𝑒 𝑎𝑠𝑒𝑔𝑢𝑟𝑜 𝑞𝑢𝑒 𝑒𝑠𝑡𝑜 𝑠𝑒𝑟𝑎́ 𝑡𝑜𝑑𝑜 𝑚𝑒𝑛𝑜𝑠 𝑓𝑢𝑔𝑎𝑧, 𝑇𝑒𝑎. 𝑌𝑎 𝑚𝑒 𝑎𝑡𝑟𝑎𝑝𝑎𝑠𝑡...