𝐓𝐖𝐄𝐋𝐕𝐄 -Honeymoon-

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Algunas semanas habían pasado, Tessa y Elvis habían dejado Graceland desde ya hacía algunos días. 

Ambos se encontraban en su luna de miel. 

Las islas del Caribe había sido su elección. 

Rodeados de piñas coladas, malibú de coco, sol abrazador, mares cristalinos y arena pálida. 

Y es que en realidad el coronel no estaba muy satisfecho de que Elvis estuviera lejos por tanto tiempo, ya que estaba en medio de la grabación de una película y esto atrasaba todo. 

Pero a pesar de que los productores estaban de acuerdo con que el chico estuviera ausente por algunas semanas ya que se trataba de su luna de miel, el coronel jamás lo aceptó. Incluso trató de sabotear los planes de los recién casados imponiendo excusas, pero no lo logró. 

Elvis prefirió a su joven y bella esposa antes que al coronel, antes que su trabajo. 

Y eso en verdad molestaba al hombre. 

... 

El sol abrazador de la costa del mar bronceaba lentamente aquella pálida piel sobre la reposera roja y blanca. 

Tessa descansaba en aquella reposera, con oscuros lentes de sol sobre sus ojos que impedían que un rayo de sol molestara su vista. 

Sus oídos se deleitaban con el sonido de las olas y la tranquilidad del lugar, otorgándole una paz mental indescriptible. 

La rubia llevaba un traje de baño de dos partes, en un tono rojizo con puntos blancos, encima de este una camisola bordada en tonos naturales y un típico sombrero de playa sobre sus ondas doradas que se desplegaban con la ligera brisa de la playa. 

Repentinamente su paz fue interrumpida. 

Pudo sentir como unos fríos dedos se extendían por su hombro hasta llegar a su antebrazo. 

—Muñeca, traje un vaso de piña colada para ti— mencionó el castaño mientras se sentaba en la otra reposera. 

Tessa abrió sus ojos y se quitó las gafas de sol para poder apreciar mejor su alrededor. 

Una sonrisa se formó en rostro cuando vio a su esposo frente a ella, en traje de baño con una sonrisa y dos copas de piña colada sobre sus manos. 

—Qué amable eres— comentó la ojiazul tomando la copa. 

—Tu esposo siempre hará todo para que te sientas a gusto— respondió. 

Teresa hizo una mueca divertida mientras tomaba un sorbo de su bebida. 

La rubia volteó su vista hacia el mar, observándolo con tanta paz y armonía oculta en aquellos aturquesados ojos, cubiertos en divinidad y pinceladas angelicales.  

En un rápido movimiento, apoyó la copa que sostenía sobre su mano, en la reposera. Se quitó su camisola y su sombrero, dejándolos a la merced de la arena. 

—¿Una carrera?— mencionó la chica con una sonrisa mientras giraba su mirada hacia el agua. 

Elvis la observó y elevó sus cejas. 

—¿Crees que me ganarás en esto?— preguntó el castaño haciendo vista de sus habilidades. 

—Claro, ¿Por qué no lo haría?— respondió. 

El ojiazul solo soltó una ligera risa mientras movía su cabeza. 

—Bien, pero si tú pierdes, ¿Qué ganaré?—

Tessa elevó su mirada hacia el cielo mientras pensaba en alguna idea. 

—Pues si pierdo, ganarás un beso— 

𝐊𝐈𝐒𝐒𝐄𝐒, 𝐃𝐈𝐀𝐌𝐎𝐍𝐃𝐒 𝐀𝐍𝐃 𝐏𝐀𝐒𝐒𝐈𝐎𝐍 • Elvis (2022)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora