Pista 8

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Los días habían pasado como si fueran un sueño, demasiado irreales y repetitivos como para procesarlos. Harry había continuado evitando a Roger, aunque la sensación de culpa y la rabia casi se habían extinguido en su interior. Por otra parte, seguía enojado con Malfoy, pero para evitar ahondar en ello simplemente había continuado como si nada hubiese ocurrido. Eso sí, había cumplido con su parte del trato y había estado bebiendo las pociones que le había dejado, no había notado grandes cambios, pero sí sentía que podía quedarse dormido con más facilidad.

—¿Qué quieres decir con que han desaparecido varias personas? —Harry frunció el ceño.

Estaba en la sala de reuniones del Departamento de Cooperación Mágica Internacional donde tenían un gran espejo que servía para comunicarse con otros países. Era mucho más cómodo que la Red Flu, así que lo estaba usando para contactarse con los aurores franceses.

—Émile Dubois cumple con las características para ser víctima de uno de nuestros casos —respondió el auror al otro lado del espejo con un inglés con bastante acento—. Han estado ocurriendo varios secuestros, ese chico fue reportado desaparecido hace dos días, se ausentó de su trabajo hace una semana sin avisar.

—¿Cómo puedes estar tan seguro que el cuerpo que encontramos pertenece a Émile Dubois?

Harry enseñó las fotografías que el detective muggle le había entregado. El auror francés hizo una mueca de desagrado y apartó la vista. Luego mostró una fotografía y una licencia de conducir que se veía al revés por culpa del espejo.

—En la rodilla tiene una marca de nacimiento, es la misma. Claro que alguien tendrá que reconocer el cuerpo, pero... Es Émile Dubois.

—¿Una persona fue secuestrada en París y llevada a las afueras de Londres? —cuestionó escéptico el Gryffindor—. El modus operandi es de mi caso, no tiene sentido que las víctimas hayan sido seleccionadas desde Francia, prácticamente todas eran inglesas que trabajaban aquí... Mierda, ¿tienes la caja?

La caja era un contenedor que replicaba documentos, bastante útil para cuando se hacían esas reuniones a larga distancia. Harry dejó el expediente de Grace Hill y esperó a que las letras brillaran. Pudo ver al otro auror moverse y tomar los papeles, pasando rápidamente la vista por los datos.

—Normalmente no habríamos hecho un seguimiento porque entró al país con una visa de estudiante muggle y se estuvo moviendo en ese mundo, pero unas semanas después de su llegada se atendió en el Hospital Mágico —explicó el francés—. No se presentó para la cita con el sanador por tres meses, así que fuimos a averiguar. Allí nos enteramos de que había desaparecido y la integramos en el caso de secuestros.

—Grace Hill fue encontrada muerta en territorio inglés.

El auror francés siguió viendo los papeles con una expresión sombría.

—¿Cuántas víctimas más tienes?

Estuvieron la siguiente hora intercambiando información. Casi la mitad de las chicas que habían sido secuestradas en el continente eran víctimas del caso de Harry. Parecía que cada pista solo generaba más preguntas. Harry estaba confundido y perdido, los asesinatos habían traspasado fronteras y no parecían tener relación en la elección de víctimas más allá que se trataba de personas jóvenes y...

—¿Émile Dubois fue acusado de blasfemo? —preguntó al recordar la palabra escrita con sangre.

—¿Blasfemo? No que yo sepa... ¡Espera!

Hubo bastante movimiento al otro lado y la caja brilló. Harry sacó un documento que estaba en francés, parecía varias hojas de un periódico.

—Hace dos años Émile tradujo el caso Spotlight, en general a los magos no les interesa la religión, pero una buena parte es católica acá en Francia —el hombre suspiró—. Tuvimos que darle protección, pero la situación se calmó a los pocos meses.

El precio del amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora