Pista 15

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¡Lamento mucho la tardanza! Me corrieron unos exámenes y se me desconfiguró el calendario :c
En fin, acá les traigo un nuevo capítulo. El plan es subir el último antes de Navidad y el epílogo antes de que acabe el año...
¡Espero disfruten la lectura!

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Roger levantó su varita y tiró un hechizo hacia Harry. El auror no lo pensó mucho a la hora de moverse y esquivar el rayo de luz, el cual terminó chocando contra el muro que había detrás. Unas cuantas piedras volaron por la explosión, pero la estructura se mantuvo firme.

—Lo siento, Harry —murmuró el sanador, levantando de nuevo la varita—. Tengo que hacerlo.

El Gryffindor vio los ojos de Roger dirigirse a Malfoy y supo que el nuevo ataque no sería para él, su ex tenía todas las intenciones de asesinar al Slytherin. Harry apenas logró llegar al lado del sarcófago y levantar un escudo mágico, aunque no fue lo suficientemente fuerte para soportar el ataque y pronto se rompió, permitiendo la entrada de un hechizo lacerante que cortó el muslo del antiguo mortífago. El rubio soltó un quejido lastimero y trató de moverse, pero las cuerdas se lo impidieron. Pronto brotó sangre de la herida, humedeciendo el pantalón sucio.

—¡NO!

Harry puso ambas manos sobre la herida, intentando detener el sangrado sin mucho éxito. Malfoy soltó un nuevo gemido de dolor ante la presión y su rostro pareció volverse más blanco de lo que ya estaba. Tenía una capa de sudor perlando su piel que indicaba el esfuerzo que estaba haciendo por no desmayarse.

—Harry...

El auror observó de reojo como Roger decidía abandonar sus ideas homicidas y en su lugar se apresuraba a salir de la habitación, siempre con un ojo sobre el Gryffindor, como si se quisiera asegurar de que estaba lo suficientemente lejos de él. Harry sabía que debía ir tras su ex, impedir que cualquiera de la secta escapara e ir tras el líder, pero no podía apartarse de Malfoy y dejarlo a su suerte cuando se notaba que estaba al borde de la muerte.

—Por Salazar —masculló el rubio bajito—. No puedo creer que sobreviví a todo para morir aquí...

—¡No te vas a morir! —se apresuró a decir el auror—. ¡No te puedes morir!

Harry sentía sus palmas húmedas por la sangre que escapaba de la herida de la pierna, podía notar que no estaba funcionando el hacer presión y eso lo estaba desesperando. Trataba de encontrar alguna solución, pero no sabía nada de hechizos de curación y no tenía ni idea de cómo escapar de las catacumbas para ir a un hospital. El no saber qué hacer lo estaba poniendo histérico y no era una buena idea perder los nervios en esa situación.

—Libérame... —suplicó Malfoy.

El Gryffindor se mordió el labio inferior cuando se dio cuenta que ni siquiera había pensado en ello, apartó la mano que sujetaba la varita y mantuvo la otra presionando la herida. Susurró unos cuantos hechizos y quitó las cuerdas mágicas. Su mirada verde se posó en la lucecita llena de magia que ya tenía el tamaño de una canica, era el otro problema que no había pensado en cómo resolver. Ni siquiera recordaba si el encantamiento para robar magia tenía un contrahechizo, todas las palabras que Cho le había dicho sobre el procedimiento se hacían borrosas en su mente.

—Un finite —murmuró el Slytherin, haciendo una nueva mueca por el esfuerzo—. Termina el hechizo con un finite.

El auror obedeció y observó en cámara lenta como la sangre en el suelo brillaba un segundo para luego ir desapareciendo lentamente. Tal vez se había evaporado o tal vez el suelo de tierra la había absorbido, no estaba seguro. La lucecita se dirigió hacia el brazo con la Marca Tenebrosa, introduciéndose por la herida abierta. Malfoy soltó un suspiro de alivio y su expresión se relajó un poco casi de inmediato, pero seguía igual de pálido.

El precio del amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora