5. 𝓜𝓪𝓼𝓽𝓾𝓻𝓫𝓪𝓬𝓲ó𝓷 𝓪𝓵 𝓹𝓪𝓼𝓲𝓿𝓸

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La tarde estaba llegando, el clima se tornaba un poco más fresco y Stuart se encontraba en la ventana de su habitación, no vió nada en específico, solo pensaba en lo triste y solitaria que era su vida para él.

Suspiro y fue directo a su cama, se dejó caer en ella, hoy era uno de esos días en que se ponía a reflexionar de su vida amorosa. La verdad es que el amor no le había sonreído, solo habría de ver lo que pasó con Paula para darnos una idea de eso.

Aunque lo que pasó entre el y Paula era lo de menos ahora, eso no le importaba ya, de todos modos esa tipa era una cualquiera, pensaba. El problema viene a continuación, ahora había desarrollado sentimientos hacia la persona más inesperada.

Así es ustedes lo pensaron, esa persona es Murdoc Nicalls, el hombre con que le fué infiel su novia, el que de paso causó el accidente de sus ojos, el que pues siempre le hace la vida imposible, en pocas palabras, que inesperado es el amor.

Pero a pesar de todas esas cosas, el se había enamorado de Nicalls, sin embargo ya se había dado por vencido sin siquiera intentarlo, sabía que no importaba si le hacía saber sus sentimientos, el jamás se los correspondería y su relación cambiaría drásticamente.

Así que solo le quedaba una opción, a parte de ahogarse en su desgracia. Su solución quizás no era la mejor pero lo hacía sentir mejor, el tocarse pensando en el bajista le hacía un poco feliz, pues en su imaginación complacía todos sus deseos carnales con su amor platónico.

Listo para comenzar "ahogar sus penas", se rebuscó en el cajón de la mesita de noche, un poco de lubricante y de paso su masajeador eléctrico, ya no era raro para él pues lo había hecho varias veces. Conectó el aparato y este comenzó realizar su función, se colocó un poco de aquel viscoso líquido en su mano y esta la dirigió a su miembro.

La verdad es que no le costó pues solo vestía una camisa holgada y grande, con su ropa interior, metió su mano por debajo de la ropa interior y comenzó a hacer movimientos de arriba a bajo, a modo de esparcir el lubricante por toda el área. No evitaba gemir al hacerlo, es así que puso su imaginación a volar, con pensamientos obscenos entre el y Nicalls.

— Murdoc~ — dejó escapar un gemido bastante audible, cuando de repente vaya sorpresa.

— ¡Oye Stuart! vamos a ensayar podrías..a.. apúrate — Nicalls se trabó en media frase, pues a nuestro protagonista, se le olvidó asegurar la puerta y el pelinegro entro en un momento muy comprometedor.

— ¡MURDOC! — exclamó asustado y avergonzado, quitó su mano con velocidad de entré sus piernas — ¡No..no..no es lo que parece....yo.

El pelinegro no dijo palabra alguna, solo hizo una sonrisa ladina y entró a la habitación, pero claro, él si puso seguro en la puerta.

— Si no es lo que parece — interrumpió al peliazul — entonces¿Qué estabas haciendo, con eso, gimiendo mi nombre?

— La verdad es que.. — su vos temblaba con él, la vergüenza lo invadió, solo miraba como el bajista se acercaba poco a poco a él.

— No digas nada — dijo coqueto, mientras se subía a la cama tomando a Pot, por el mentón — Solo dime, ¿Cuántas veces lo has hecho?

— ¿Ha..hacer qué? — tartamudeo al tener tan cerca del rostro a su amor platónico.

— ¿Masturbarte pensando en mi? — rió.

— Bueno...yo — se puso rojo como un tomate.

Lo cual le pareció tierno al pelinegro, quién sin dudarlo, besó a Pot con lujuria en el, pero la falta de aire los separó.

— Permíteme ayudarte Sunshine — dijo con lascivia.

El peliazul solo asintió, Nicalls se sentó en la cama y sentó a Stuart encima suyo, tomó el aparato de masajes y lo paso por encima de la ropa interior de Pot. Un escalofrío recorrió su espalda, pero se sentía bien después de todo así que movió un poco sus caderas para recibir más contacto de el aparato.

Murdoc solo sonrió con lubricidad, nunca pensó ver así a Stuart, el cuál dejaba salir unos pequeños gemidos de su boca. Pero bueno Nicalls quería probar un poco del cuerpo del peliazul, es así que comenzó a morder el cuello  de este, hasta llegar a los pezones de el susodicho, los cuáles lamió y mordió por encima de la camisa, Stuart solo le quedaba demostrar su agrado a través de gemidos. Pero ya sentía como su ropa interior se estaba humedeciendo por el líquido pre-seminal, cuando habló Nicalls.

— Debo decir que está cosa es interesante, pero puedo hacerlo mejor — dijo tirando el masajeador eléctrico, posteriormente bajo la ropa interior del peliazul y tomando el miembro de este en su mano — ¿Lubricante?, Veo que ya estabas listo bonito.

Stuart se sonrojó y ocultó su cara en el cuello de el pelinegro. Es así que Nicalls comenzó a hacer movimientos de arriba a bajo con frenesí, pues le gustaba oír gemir a Pot.

— Sabes me gustaría oírte gemir mi nombre otra vez — dijo con una sensual voz — Vamos di mi nombre sunshine.

— Mudz~ no te detengas ~ — gimoteo Pot, sentía como su vientre empezaba a hacer cosquillas.

El peliazul llegó a su orgasmo, la verdad es que el hecho que su amor platónico fuera el que lo tocará lo hacía más fascinante. Stuart solo recostó su cabeza en el pecho de Murdoc.

— Me encantas Stuart Pot — dijo Murdoc sin titubear.

— ¿Hablas enserio? — preguntó sorprendido.

— Por supuesto, no tienes idea de cuánto me gustas, de cuánto me vuelves loco.

— Tu también me gusta mucho — dijo feliz Stuart.

— Quieres hacer una segunda ronda, pero está vez más participativa para mí — dijo señalando su hombría.

— Si pero, ¿No teníamos que ensayar?

— ¡Demonios! Tienes razón — exclamó molesto —  pero ni creas que te has salvado de está, vendré a verte después del ensayo.

— Bueno te estaré esperando.

— Lo sé cariño — dijo dándole un sensual beso de hasta pronto.

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Créditos a: VethFlores

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