26. 𝓢𝓪𝓭𝓸𝓶𝓪𝓼𝓸𝓺𝓾𝓲𝓼𝓶𝓸

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Los nervios atracaban a Stuart, quién le tenía una sorpresa a su novio. Ya había pasado cierto tiempo en que ambos no tenían intimidad, y quierase o no, al menor le hacía falta el contacto de su pareja, pero los problemas y crímenes de Murdoc lo alejaban de él. Pero está vez el le tenía preparado una pequeña sorpresita.

Con el propósito de seducir al mayor, el peliazul se había vestido para la ocasión. Traía puesto una mini falda cuadrícula de colores rojos y y negros, en la parte superior llevaba puesto un crop top de mangas cortas de color negro, con su infalible logo de "Hello kinky", para resaltar sus piernas llevaba unas medias de rejilla y pues como todos sabemos a lo que iba, no llevaba ropa interior puesta, pero si un choke en su cuello del mismo color de la camisa. Sabía que a su novio le iba a gustar.

Así que llamó por teléfono a su novio diciendo que subiera a su habitación por un regalo muy especial, se apresuró a sentarse en la cama para seducir a su amorcito, claro que Stuart había pensado en todo pues sabía que ese día nadie estaría en la casa a excepción de ellos dos. Sin demorar tanto Nicalls entró a la habitación, subiendo las mangas de el suéter negro que llevaba, acompañado de unos pantalones ajustados del mismo color.

— Sorpresa.. — dijo el menor a la entrada de el pelinegro, que por cierto se veía hermoso.

Al observar aquella escena, Nicalls rió de manera lasciva..

— Así que... ¿Tú eres mi sorpresa?

— Si, ¿Te gusta?  — preguntó Pot acomodandose la falda.

— Me encanta — respondió Nicalls cerrando de un portazo, dirigiéndose hacía su novio.

Tomó el mentón de el peliazul para poder besarle, este abrazo el cuello de el mayor para acercarlo a él, ambos recostándose en la cama. El beso parecía ser una pelea de lenguas, viendo cuál tomaba el control, pero al final les ganó la falta de oxígeno, separaron sus labios, dejando una hilera de saliva que todavía los unía.

— Bueno, ya venía preparado para ésto — dijo Nicalls sacando mágicamente detrás de  él, un par de esposas.

— ¿De dónde sacaste eso? — preguntó sorprendido el menor.

— Eso no es relevante ahora, pero tengo algo mejor — dijo Murdoc levantándose de la cama y buscando en un cajón.

— ¿Qué buscás ahí? — preguntó Pot arrodillándose en la cama para ver que era lo que Nicalls buscaba.

— Lo encontré — expreso feliz Nicalls sacando del cajón una fusta..

— ¿Usarás eso? — con un poco de miedo preguntó Stu.

— No te preocupes Honey, que lo último que quiero es lastimarte — comento Nicalls — Solo quiero llevar el placer a otro nivel y disfrutar de mi sorpresa.

Tomando con seguridad la fusta se acercó al menor.

— Tus piernas lucen increíbles con esas medidas — dijo el mayor levantando un poco la falda con la fusta.

Colocó las esposas en las delgadas muñecas de Pot para poder continuar con su deleite. Hizo que Stuart se colocará en cuatro para tener una mejor visión de su trasero. Levantó un poco la falda solo para poder ver la entrada de el menor, como las medidas eran de rejilla no había problema para el ingreso.

Con lujuria paso rosando la fusta por la entrada de el menor, haciendo que este le diera un escalofrío, para cuando menos se esperase darle un fuerte golpe con la fusta. Pot gimió de dolor y dejando rojo su trasero. Stu volteo un poco su cabeza para ver la mirada sádica de su novio, que lo hacía ver tan sexy.

Comenzó a golpear la espalda de el menor, pero después de un rato de sentir dolor extrañamente le empezaba a gustar al menor, ya le parecía tan erógeno. Pero Nicalls perdía la paciencia, quería estar dentro de su amado, ya había sido mucha tortura para él tenerlo de esa manera, dónde se miraba tan indefenso. Sin perder más el tiempo desabrochó sus pantalones y ropa interior, alineándose para penetrar a Pot. Sin más comenzó aquella faena.

Nicalls aprovecho para poder manosear a su novio, es por eso que metió su mano por debajo de la camisa del menor y pellizco uno de sus pezones, besaba su cuello e iba dejando marca de mordidas que sin duda costaría que desaparecieran. A Pot solo le quedaba gemir como respuesta a lo que estaba pasando. Enterraba sus uñas en la cama.

El mayor se detuvo por un momento para cambiar de posición al peliazul, está vez lo acostó en la cama boca arriba..

— Necesito ver tu rostro Sunshine.

El menor estaba ruborizado, respirando de manera agitada. Mudz comenzó otro vez con las penetraciones a su novio, pero está vez con el propósito de que ambos llegaran al orgasmo. A Nicalls le encantaba ver el rostro de su amado mientras disfrutaba de todo lo que él le hacía, cuanto había extrañado eso. Besó bruscamente a Pot cuando sentía que estaba apunto de correrse. Ambos llegaron a su tan anhelado orgasmo, dando un gemido ahogado en aquél beso, Murdoc mordió el labio de Pot antes de separarse de los labios de este, un poco de sangre brotó de su labio.

— No tienes idea de cuanto te amo Stuart — expreso Nicalls.

— De la misma manera en que lo hago yo — respondió Pot acercando su nariz a la de su novio — Mi amado sádico.

Bueno bien dicen que sólo a través del dolor se llega al placer.

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Créditos a: VethFlores

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