Capitulo 21."Día de shopping + accidentes no tan accidentes"

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Narrador omnipresente:

Era una noche lluviosa y fría, muy triste para ser exactos. En una pequeña casa, en Estocolmo, en el barrio New Olearns, se encontraba una pareja discutiendo en voz baja ya qué su hijo, de tan solo seis años se encontraba durmiendo en su habitación con una fiebre altísima y además, los vecinos también estaban durmiendo.

12:09 a.m

-No es normal que esté enfermando tan de repente, ¿no te parece extraño? —Inquirió la madre preocupada por su hijo, dirigiéndose hacía su esposo. Ambos se encontraban en la cocina del hogar, la esposa estaba lavando los trates mientras que el esposo estaba secándolos.—. Además, ya no habla tanto como antes, se le olvida varias palabras que antes se sabía y varios lugares que no son normales que él olvide. ¿Me estás entendiendo?

-¿Qué estás insinuando, mujer?—El hombre con la voz gruesa también estaba preocupado por su hijo sin embargo, estaba estresado por las deudas del hogar. Eso era lo que más le preocupaba de toda la situación.—Nuestro hijo es normal.

-Claro que sí George, no te estoy contradiciendo, pero...—La mujer no supo qué palabras decir exactamente, por lo qué decidió mantenerse callada, por el momento.—Olvídalo, pero creo que deberíamos de llevar a Mike a un pediatra, o a alguien que nos pueda ayudar. Me preocupa.

-¡Mi único hijo varón no será sometido por médicos inservibles!—El hombre alzó la voz y golpeó la mesa de la encimera de la cocina con su puño, causando que varios platos hicieran un ruido molesto.—¡Los médicos de Suecia son inservibles y lo sabes! ¡No dejaré que utilicen sus estúpidos inventos sobre mí hijo!

-¡George, cálmate! Mike te puede oír.

El hombre soltó un par de respiraciones rápidas, mientras se alisaba su cabello. Eran una pareja que había decididio tener a su hijo en una edad temprana, por lo cuál, la gente pensaba que ese matrimonio fracasaría pero no, ellos dos se amaban profundamente.

A su manera, claro está, pero se amaban. Al fin y al cabo se tenían el uno al otro, ambas familias les habían dado la espalda y ellos decidieron construir su propia vida en una pequeña pero humilde casa, se casaron por el registro civil, no invitaron a nadie a su boda y siempre ha sido así; ellos dos.

-Perdoname, Elizabeth. Tienes razón.—El hombre en un rápido movimiento abrazó a su mujer, mientras que ella recostó su cabeza en el pecho de este. Inhalando su aroma.—He notado comportamientos extraños en nuestro hijo también, y... ¿será que tiene que ver con lo de su cabeza?

-No pensemos en eso, por favor.—Ese tema era capaz de ablandar el corazón de la mujer, era un tema que no le gustaba recordar ya que se reprochaba por no poder estar ahí para proteger a su hijo. Aunque no hubiera sido su culpa.—Mejor vámonos a dormir y mañana vamos a ver qué hacemos, ¿de acuerdo?

El hombre asintió y le dió un beso en la sien de la mujer. Enrolló sus dedos con los de ella y se fueron a su habitación matrimonial, pero lo que no sabían es que alguien estuviera escuchado esa conversación.

En la oscuridad, el pequeño niño se había despertado por la sed que tenía a esas altas horas de la madrugada. Llamó a sus padres pero ninguno escuchó su voz, entonces, decidió bajarse de la cama e ir a la sala. En el lugar, se pegó a la pared para escuchar la conversación de sus padres a escondidas, él sabía que era malo escuchar conversaciones de los mayores pero, ¡estaban hablando de él! debía de escucharlos.

Claro, pero no se esperó lo que descubrió. No sabía que sus padres estaban preocupados por él y así, sollozó en silencio, se fue a su habitación y trató de dormir tranquilamente y de ignorar lo qué había escuchado. Al día siguiente, todo transcurrió con normalidad y pasando los años, el pequeño niño se olvidó de la conversación de esa noche.

All i did is for you (Chicoxchico)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora