¿? |HYUNHO|

DIECISIETE

Regresar a la escuela posiblemente sería lo peor que les pudiera pasar a Hyunjin y a Jisung, ninguno se sentía seguro y a los dos les daba miedo la opinión social que pudieran llegar a tener los demás. 

Aunque de cierta manera estaban a salvo por el momento, parecía que ya se les había olvido el tema de su mamá y ahora se comían vivo a un  chico nuevo y que parecía estar en cinta,-

—Siento horrible por ese chico, seguro sufre escuchando todo lo que dicen de el...

—Lo sé Sung, puede hacerle daño a du bebé, pero al menos se olvidaron  de nosotros.

—¿Qué podrían decir? No saben nada...Ojalá empiecen con su destrucción hasta que Chan regrese.

—¿Ya están mejor?

—Si, ya sabes...utilizamos el mismo método de reconciliación que tú. — Hyunjin se sonrojo y empujo ligeramente a Jisung.

—Es vergonzoso, no lo digas. — Jisung solo se soltó a reír siendo callado cuando el timbre sonó.

—¿Cómo no me voy a reír? Debías descansar tu cuerpo, ¡No ir a que te dieran como cajón que no cierra contra un árbol! 

—¡Jisung! — El mencionado solo pudo burlarse más después del pequeño e indefenso empujón del joven.  — Me dio más duro de tomas maneras. — Aunque fue un susurro fue suficiente para que la cara de Jisung se transformara en asombro y sus carcajadas se escucharán, posiblemente en toda la escuela. 

—Debo decirle a Chan que me de así. — Ahora fue el turno del pelinegro para reírse. 

—Min dijo que debíamos irnos juntos, que pasarían por nosotros. —El más bajo asintió. — Nos vemos a las doce aquí, ¿Va?

—Sip Jinnie, suerte. 

—Igual tu Sung. 

Hyunjin caminó sin ganas hacía su primera clase, definitivamente iba a extrañar a su mejor amigo y a Chan, pero ya se volverían a encontrar en algún otro punto de sus carreras. Se sentía feliz de saber que su depresión no le había afectado en su relación con  Jisung, porque sí, le había afectado de muchas maneras respecto a muchas de sus actividades diarias. 

La mas significativa referente a la comida y a su alfa, el no podía probar ningún tipo de chocolate, ya que de hacerlo seguramente entraría en una crisis, y el problema recaía en que ese era el olor de Minho. Aún intentaban dormir en la misma cama, a ambos les hacía falta sentir al otro cerca, pero a veces, simplemente era imposible. 

Cuando llegó, el profesor aun no  estaba ahí, de hecho casi nadie estaba ahí. Casi, porque sentado un poco alejado de todos, estaba un chico rubio al que claramente se le notaba su embarazo. Dedujo que ese era aquel chico del que todos hablaban y no pudo evitar sentirse mal al imaginar todos los sentimientos a los que probablemente se estaba enfrentado. El desearía poder verse así, con una pancita y una marca que demostrarán lo bien que estaba. 

Pensó que tomar asiento junto a el sería buena idea pero apenas su doble olor le llegó, su estyomago se revolvió y el sentimiento de tristeza estalló, intento ignorarlo y fingir que nada pasaba, pero por más discreto que intentó ser, falló.

—Si tanto asco te doy, puedes escoger otro lugar. 

—¿Uh? N-no es eso...en serio...

—¿Entonces? Me parece una falta de respeto que te veas tan mal por solo verme. — El chico a su lado se cruzó de brazos y en su mirada se reflejaba el enojo que sentía.