TRES~

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Cuando abrió los ojos, se encontró en su casa, usando su pijama. No recordaba como había llegado a su cuarto, pero no le importo, solo porque parecía que su día había comenzado perfectamente bien. 

Bajó al comedor descalzo encontrándose con un desayuno enorme sobre la mesa, observo la fruta cuidadosamente cortada, los panqueques perfectos y el chocolate caliente que hervía en la cocina. 

—Ow, mi amor, ya te despertaste...—Su mamá lo abrazó colgándose de su cuelo para poder darle besitos en su carita.

—Mamá...— Soltó una risa tierna — Buenos días, ¿Qué es todo esto?

—Es tu bienvenida a la vida normal.

—¿Cómo? — La sonrisa no se borró del rostro de Hyunjin — Ya te había dicho que mi vida es normal má, no debes de preocuparte..

—Siéntate, cariño. — Hizo caso a su mamá sentándose en su lugar, justo enfrente de su mamá. Recibió gustoso sus platos y comenzó a jugar con sus uvas. 

—Jinnie, ¿Cómo te sientes? 

—Estoy bien mamá. Hay de dejar de hablar y hay que comer, debo ir a la universidad y luego a trabajar. — El sabía que hablando de más, su mamá se daría cuenta de lo que tenía rondando en su cabeza.

La cara del alfa pelinegro al que le había dado su numero, aunque fuera guapo era aterrador. No entendía que significaba el mensaje que lo despertó y eso lo asustaba, aquel alfa lo asustaba.

Tomó un sorbo de su chocolate observando a su mamá. Apreció su ondulado cabello rojizo, lo suave que su piel lucía aun estando a contra luz, lo delicadas que se veían sus manos y por ultimó, sus ojos miel. Muchos no lo sabían, pero esos ojos eran su motivación para levantarse todos los días a arriesgarse a cualquier cosa. Su mamá era su razón de seguir intentándolo todos los días.

Jamás podría imaginarse viviendo en un mundo sin ella, sin su bella mamá.

—Jin, hablé a la universidad en la mañana y avisé que estabas enfermo. Hice lo mismo con tu trabajo y avisé al mío que faltaría. Tomémonos un día libre, ¿Si, corazón? — Lo único que Hyunjin pudo hacer fue sonreírle.

Le agradaba totalmente la idea de pasar un día completo con su mama, claro, no le agradaba la idea de tener que dejar su casa con ella y era aún peor pensar que no podía tomar su inhibidor. No le gustaba la idea de que cualquier alfa tonto se les pudiera acercar. 

Terminaron de desayunar entre risas y jueguitos, siendo felices juntos y disfrutando de sus pequeños pero muy valiosos momentos entre mamá e hijo. Se vistieron con ropa cómoda para salir, estaban listos para ir por su helado y caminar en el pequeño parque cerca de su casa, tal vez irían a comer a la plaza y después regresarían a casa, a echarse en el sofá para ver una de sus muchas series sin terminar. 

Su plan sonaba simplemente perfecto.

—Hyunjin.

—Dígame señora hermosa.

—Óyeme mocoso, yo no soy ninguna señora. — Hyunjin encarnó una ceja y se llevo un golpe en la nalga. — Al punto mocoso, no quiero que uses ningún inhibidor hoy, sal conmigo oliendo a mis preciadas fresitas. 

—Mamá...

—No cariño, no deberías tener miedo por ser un omega ¿Oíste? Es lo que eres, no pudiste y no puedes escoger sobre eso, mi niño...

—Mamá...es que yo no puedo hacerlo, me asusta...

—Lo entiendo Jinnie, créeme. Pero eso no quiere decir que voy a dejar que te mates, yo te voy a ayudar a que superes lo que paso con el idiota de tu padre y que al mismo tiempo puedas amarte. —Hyunjin comenzó a sollozar aún mas fuerte de lo que ya lo hacía. 

¿? |HYUNHO|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora