CONFLICTO

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E: Mi amor, no te vas a arrepentir. Viviré para hacerte feliz.

M: Lo sé. Quiero entregarte mi corazón (le dijo muy cerca de él mirándolo a los ojos)

Durante el transcurso de la cena, Macarena le contaba a Eugenio un poco más de ella y su trabajo. Él también se abrió a ella, le contó más cosas sobre su vida, sobre su pasado y sus anhelos. Sus corazones palpitaban con emoción y desenfreno ante el nuevo sentimiento que los albergaba.

E: Gracias, mi vida. Gracias por hacerme el hombre más feliz del mundo con tu decisión.

M: Gracias a ti. Me demostraste que soy capaz de volver a amar, hiciste que me volviera a sentir viva y amada. Me dejaste entrar en tu corazón, aun sabiendo por lo que yo estaba pasando.

E: Estás en mi corazón desde que te conocí. Aquella noche en el jardín de tu casa. Y el agradecido soy yo por haberme abierto las puertas del tuyo.

M: No exageres.

E: No exagero, es la verdad. (La tomó de las manos)

Mientras hablaban subieron a la planta superior de la casa. Eugenio le pidió que durmiera con él.

M: Eugenio... yo no...

E: Te voy a esperar el tiempo que sea necesario. Solo quiero dormir contigo, abrazados.

M: Eres un caballero. Pero vamos despacio, no apresuremos las cosas. ¿Si?

E: Será como tú quieras, no quiero que te sientas forzada a nada. Si en algún momento algo te incomoda quiero que me lo digas. Por favor.

M: Claro que sí. (Le sonrió)

E: ¿Vamos a ver al pequeño Gabriel?

M: Claro que sí, ya quiero tenerlo en mis brazos.

E: Si Dios quiere y tú también, podremos llamarlo "nuestro" hijo.

M: No estás hablando enserio...

E: Muy enserio. No confío más que en ti. Y no amo a nadie más que a ti.

Fueron a ver al pequeño, quien dormía plácidamente en su cuna. Estuvieron un rato admirándolo dormir, tan pequeñito, un verdadero angelito.

M: Eugenio... Gracias, de verdad... por todo.

E: Gracias a ti.

M: Es hora de ir a dormir. Es tarde ya.

E: Tienes razón. Que tengas una hermosa noche (le besó las manos) Nos vemos mañana.

Le sonrió y luego de dejarla en su habitación se dirigió a la suya.

Cada uno en una cama diferente, ella pensando en él y la propuesta de dormir juntos, eso marcaría el inicio de una nueva vida, en común. Él pensando el ella y en lo feliz que se sentía por este avance.

Recordando la canción que sonó durante la cena, se quedaron dormidos... juntos. Físicamente no lo estaban pero sus almas sí.

Ya por la mañana se encontraron para desayunar. Sin embargo a Eugenio le llamó la atención la actitud de ella.

E: ¿Pasa algo, mi vida?

M: Si... no... bueno sí (mientras internamente se preguntaba qué hacer)

MI GRAN AMORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora