FELICES POR SIEMPRE

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Por cómo me miras y me dices tanto cuando dices nada
Por cómo me tocas con esa mirada que acaricia el alma
Y por cómo me abrazas, por eso te amo ...hu hu hu hu!

Porque cuando le pedí al cielo que mandara un ángel
Me llevó hasta ti y antes de pensar en alguien
Pienso en ti primero incluso antes de mí
Porque atrapas mi atención, eres mi aventura,
mi emoción y mi inspiración

Estaba más nerviosa que cuando fue su boda civil, y todo porque cada vez que se disponían a celebrar algún acontecimiento, algo ocurría. ¿Sería que esta vez su día se teñiría solo de felicidad?

EN LA HABITACION PRINCIPAL

Macarena estaba acompañada de sus cuñadas y de su mejor amiga, quien la estaba tranquilizando porque se sentía súper nerviosa.

EL: Calma, Macarena. Todo va a salir bien.

SA: Todo va perfecto abajo. No hay motivos para estar nerviosa.

L: Sí, todo está tranquilo. Nada podrá dañar este día.

M: Lo sé. Pero quiero que salga todo perfecto.

PA: Madrina, ya estamos listas.

LU: Tía, estás preciosa.

M: Gracias, mis amores.

EL: Mi amor, ¿a qué has subido?

LU: A decirles que si no se apuran mi padrino hará un hoyo en el jardín (Todas ríen)

EN EL DESPACHO

Ja: Tranquilo, hombre.

E: Ya quiero estar con ella.

O: Debes tranquilizarte. Ya están casados, no hay motivos para los nervios.

E: Lo sé, pero... ¿Y si vuelve a pasar algo?

EN EL JARDIN

Estaba todo hermosamente decorado, delicado y perfecto. Una cortina de flores y luces brillaban el lugar dándole un toque de romanticismo.

Si bien pudieron haberlo hecho en una iglesia, prefirieron hacerlo en su casa, en el calor de su hogar. Y contaron con el padre, quien desde el primer momento aceptó gustoso de dirigir la ceremonia.

Macarena ya había bajado y estaba esperando a su hermano, para que la acompañara hasta el altar y la entregara al hombre que amaba. Primeramente, salieron sus cuatro damas de honor y las princesitas de la familia que llevaban las flores.

En el altar, Eugenio, estaba esperando a su esposa. Y cuando la vio, quedó deslumbrado con su belleza. Llevaba un vestido de novia color perla y encajes de flores transparente. Todo bordado a mano. Un velo precioso y largo.

Al llegar a él, su hermano la entregó a Eugenio, haciéndole prometer que la haría muy feliz.

JA: Eugenio, te entregó uno de mis más grandes tesoros. Cuídala mucho.

E: Siempre lo haré... con todo mi amor.

Antes de la boda, se había bautizado al pequeño Gabriel, quien estaba en los brazos de sus padrinos; Orlando y Luz. Luego continuó la ceremonia.

Padre: Nos encontramos reunidos en este momento para ser testigos de la unión de estos dos seres en sagrado matrimonio.

El sermón habló acerca del amor, y como éste debía ser fuerte y ayudarlos a soportar todo lo que se les presentara en la vida. Finalmente, el momento de los votos había llegado.

MI GRAN AMORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora