Capítulo IX: ¿Quién eres?

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Capítulo IX: ¿Quién eres?

Jagger.


—Tienes que dejarme ir a clases —Ríe Dakota contra mis labios en tanto mis manos viajan desde el centro de su espalda hasta acunarle el culo y pegarla más a mi cuerpo—. Jagger...

—Eso no suena cómo una protesta, dulce —Le mordisqueo el labio inferior, luchando contra la sonrisa cuando sus manos toman puñados de mi camisa a la altura de mi pecho, pero no me aleja.

En todo caso me acerca.

—Podrías saltarte las clases...

—No seas malo, sabes que es mi clase con McCain.

—Puedo inventarle una excusa.

—Solo presumes de que milagrosamente eres el único estudiante al que no odias.

—Tal vez te perdone la falta si sabe que lo haces en pro de compartir orgasmos conmigo.

—Por supuesto —dice con una risa que se transforma en una exhalación profunda cuando inhalo en su cuello antes de besarle ese parche de piel.

Mis manos agarran con firmeza la carne de su culo y ella se arquea.

Estoy seguro de que estamos haciendo un numerito, pero pocas veces me permito bajar la guardia para hacer algo tan normal cómo manosear y besar a mi novia frente a la escuela.

—Eres una verdadera tentación.

—No soy yo, son mis juguetes que quieren jugar —presiono mis caderas hacia adelante por si se pierde el mensaje.

—Debo ir a clase —dice con pesar y suspiro de una manera teatral sacando dejando de besarle y mordisquearle el cuello para poder verla al rostro.

Clavo la mirada en esos dulces ojos marrones y la sonrisita feliz que le es imposible de borrar.

Me gustaría siempre verla así, relajada, feliz incluso me atrevería a decir que enamorada, no es que ella me lo haya dicho, pero hay cosas que se intuyen y sentimientos que a veces reconoces cuando son correspondidos.

Los ojos le brillan y sus ojos se vuelven más pequeños debido a la sonrisa. Una de mis manos abandona el agarre firme en su culo para peinar un mechón de su cabello detrás de su oreja.

Me ve cómo si fuese la única persona en el mundo, cómo si no tuviese suficiente de mí y verdaderamente quisiera pasar cada instante junto a mí y supongo que esa también es la manera en la que yo la miro.

Sus manos se deslizan desde mi pecho hasta mi cuello y le sonrío cuando siento sus dedos jugar con el cabello de la parte baja de mi nuca.

—Me encantaría faltar, pero luego mi tutor podría enfadarse conmigo.

—Eso no es cierto, tu tutor es feliz de que te lo folles.

—Humm aun no me follo a mi tutor ni él me ha follado.

—Algo que sin duda él debe solucionar —digo y asiente.

—Sí, debería.

Le planto un beso en los labios tragándome su suspiro cuando le lamo los labios antes de abrirme paso dentro de su boca, besándola en profundidad cómo si quisiera consumirla y ella me lo permite, instándome a tomar más mientras tira mechones de mi cabello ys e alza sobre las puntas de sus pies.

Cuando consigo la fuerza de voluntad para separarme, dejo pequeños besos en su boca, uno tras otro mientras mantiene los ojos cerrados.

—Sé que debes ir a clases, de hecho, te recomiendo no faltar —le rozo los labios con los míos—. Te veo más tarde para las hamburguesas y la fiesta, pasaré por ti.

Negociaciones (#2 El Negocio)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora