Harry Potter : Nuevo Mundo [2]

Capítulo 218

Llevando a las chicas invisibles de la mano, doblamos la esquina y comenzamos a bajar las escaleras hacia el pasillo frente al Gran Comedor. Allí, en parejas y otros grupos, se agolpaban los magos, discutiendo algo, divirtiéndose. Para algunos, fue casual, y otros simplemente escondían su entusiasmo detrás de una alegría fingida. Inmediatamente encontré mi objetivo y asentí a Seamus en dirección a un pequeño grupo. El tipo asintió en respuesta y caminó un poco más para tener una buena vista pero al mismo tiempo estar a la vista. Se veía tan solo y triste que quise golpearlo con un Oscar.

Mi objetivo era simple. Un pequeño grupo de Slytherins de nuestra clase intentaba burlarse de Ron y Harry, a saber: Crabbe y Goyle con túnicas verdes a juego sobre sus trajes, Theodore Nott y Daphne Greengrass, que se veían más que decentes e incluso conservadores, negros y beige. En el centro de este grupo estaba Draco con frac negro, blusa blanca y chaleco blanco, y junto a... No, ahora entiendo definitivamente la decisión de Hermione de renunciar al vestido rosa y otros colores estilo princesa. De pie junto a Malfoy estaba Pansy Parkinson con un vestido rosa y una túnica. Todo en algún tipo de lazos y baratijas, y no le sentaba nada bien a la morena de ojos verdes con una melena. De nada. ​​

A medida que nos acercábamos al objetivo, también capté el motivo de las burlas: el disfraz de Ron. Él, por cierto, lo puso en orden y parecía un caballero pelirrojo muy señorial de siglos pasados. Muy colorido, y Padma, a quien había invitado el chico, estaba más que contenta con el disfraz. Sin embargo, el tonto pelirrojo prefirió reaccionar a las bromas de Malfoy antes que a la aprobación explícita de su compañero.

"... ¿No pudiste encontrar un par de galeones para algo más decente?" Draco terminó su discurso de espaldas a mí.

Recordando todos los matices del comportamiento de Lucius y obteniendo la confirmación del procesamiento de datos con la posibilidad de su aplicación por parte de Rowena, me puse una máscara de aristócrata arrogante, cuyo estado fue reclamado por el padre perdedor. No me notaron de inmediato, pero el tonto intento de Crabbe y Goyle de advertir a Malfoy estaba condenado al fracaso. Justo cuando Draco estaba a punto de dar un paso adelante para provocar a Ron, que ya estaba perdiendo los estribos, tiré bruscamente de Malfoy por el codo con el mango de mi bastón.

"Draco," hablé, haciendo eco del tono de Lucius. "No deshonres a la familia y la escuela con tu comportamiento".

Por un breve momento, Malfoy ni siquiera se movió, y luego gritó agudamente y saltó hacia atrás, con una cara pálida mirándome con miedo e incredulidad. La gama de emociones en su rostro era simplemente inexpresable, y los gemelos, corriendo en busca de apoyo moral con su presencia, me dieron el segundo visto bueno por el día.

"Knight..." Draco recobró el sentido rápidamente, y ahora se estaba poniendo morado de indignación, bajo la mirada satisfecha de Ron y Potter. Y los demás también se sintieron atraídos por el ruido, y muchos de ellos nos miraban con anticipación. Como siempre, la multitud estaba hambrienta de pan y circo.

"Caballero..." dijo Malfoy de nuevo, mirando alrededor. Al no ver lo que buscaba, se animó y me miró con una sonrisa, arreglándose el cabello con la mano. "¿Por qué estás solo? ¿Dónde está tu... Granger?"

"¿Tal vez es tan pobre que ni siquiera tiene un vestido?" preguntó Pansy no menos sarcásticamente. Hablando en serio, ella es bonita mientras se mantenga callada.

"¿Vestir?" Continué la conversación, sintiendo la mano ligeramente tensa de una Hermione invisible en el pliegue de mi codo.

"Apuesto a que si ella aparece, usará algún tipo de trapo".

"¿Qué más esperarías de alguien como ella?" Malfoy sonrió.

Ron quería poner su palabra de peso porque aunque no le agrado al chico, tiene un instinto de rebaño perfectamente desarrollado. "Nuestra gente recibe una paliza" probablemente era como un trapo rojo para un toro, y no importaba quién fuera "nuestra gente", siempre que fuera "nuestra gente". Pero no quiero una pelea aquí. Aún.

"De ninguna manera", fingí estar indignado y miré a los Slytherin. "Estoy seguro de que Hermione tiene un hermoso vestido".

"¿Querés apostar?" Pansy dio un paso adelante.

"¿En que?"

"¿Qué tal un deseo? ¿O te acobardas, Gryffindor?"

Cambiando el bastón a mi mano izquierda, estreché la mano extendida de Pansy. No es costumbre romper aquí.

"Prepárate, Knight", sonrió Draco.

"¿Cómo puedes estar tan seguro?"

Se miraron el uno al otro con tanta conspiración que todo encajó.

"¿Podría ser de otra manera?" Al igual que Malfoy, Parkinson sonrió, alisando los pliegues inexistentes de su lujoso vestido rosa.

La profesora McGonagall pasaba junto a nosotros, vestida con una túnica roja a cuadros y una corona de cardos adornando el ala de su sombrero. Habría pasado de largo si no me hubiera visto de pie allí sin un par.

"Sr. Knight," el profesor me miró severamente con una extraña mezcla de sorpresa y aprobación del traje. "¿Puedo preguntar dónde está tu compañero?"

Por un momento, el espacio a mi izquierda brilló con el humo negro de la transgresión de la batalla, pero se disipó de inmediato, revelando a Hermione con un vestido tan negro como un abismo. Las antorchas y los fuegos en los cuencos que servían de iluminación añadían aún más profundidad a la negrura. Con eso vino un contraste aún mayor de accesorios plateados y bordados relucientes. Bueno, mi disfraz es igual de contrastante.

"Aquí, profesora", Hermione sonrió fácilmente sin perder la cara, y algunos estudiantes retrocedieron, porque no todos están familiarizados con los efectos de la transgresión de la batalla. Para los no iniciados, puede parecer "magia oscura espeluznante" porque el humo es negro.

"Ooh," la profesora no ocultó su sorpresa, y las comisuras de sus labios temblaron como si estuviera a punto de sonreír. "Una habilidad de transfiguración muy extraordinaria para un estudiante de cuarto año. Encomiable, señorita Granger".

"Gracias."

"Deberías seguirme."

El profesor dio media vuelta y caminó hacia las puertas del Gran Comedor.