Harry Potter : Nuevo Mundo [2]

Capítulo 390

Por la noche, Hermione y yo nos enfrentamos a un verdadero calvario en la sala común. Para ser exactos, solo era ella, pero no me aparté de su lado, así que también lo conseguí. ¿O debería decir que no la dejó ir? La esencia del problema está en la atención de todos: demasiado "bien hecho", demasiado "¡guau!", una sobredosis completa de "¡no leíste libros por nada!". Por supuesto, algunas personas estaban celosas y decían: "Ella es tan talentosa, ojalá yo lo fuera...". Y ya dijo que esto es fruto del entrenamiento. Pero parece que la sociedad es más fácil descartar el talento y la envidia que reconocer los frutos del trabajo.

Tanta atención nos aburrió el martes, empezó a aburrirnos el miércoles quince de noviembre. Como resultado, se tomó la decisión de un comandante: escapar de Hogwarts por la noche. No tomó mucho tiempo prepararnos: al final de la última clase en el horario, inmediatamente nos fuimos a nuestras habitaciones. Después de ponernos ropa informal, al anochecer, mucho antes de la cena, nos escabullimos a salvo bajo los complejos hechizos de ocultación del castillo.

"¿A dónde iremos?" una pregunta lógica surgió tan pronto como nos encontramos fuera de los hechizos anti-apariciones alrededor del castillo. La improvisación es así.

"No tengo idea."

"Entonces", le tendí la mano a la chica, "vamos a Londres".

Hermione tomó mi mano con firmeza y nos llevó a un pequeño rincón en Shaftesbury Avenue. Después de pasar un par de momentos adaptándonos al cambio del silencio de los alrededores de Hogwarts al ruido de una de las calles centrales de Londres, nos quitamos los amuletos extra, dejando solo una pequeña distracción, y caminamos directamente hacia la pasarela. . El momento en que el cielo de la tarde comienza a oscurecerse y, por el contrario, se enciende el alumbrado público, me parece más interesante. Los escaparates de las tiendas y los letreros brillaban de manera seductora y brillante. Los diseños de edificios de varias épocas y estilos contrastaban marcadamente entre sí.

"¿Soho?" preguntó Hermione, poniendo su mano en mi codo, y pasamos por alto a un grupo de personas que caminaban hacia nosotros, también mirando a su alrededor.

"¿Adónde más puedes ir si necesitas variedad? Social, visual y... Cosas así".

"De hecho", sonrió la niña y giró la cabeza hacia la derecha, mirando los carteles de cine al otro lado de la calle.

Por extraño que parezca, me aparecí aquí por el recuerdo de una vida pasada. Sorprendentemente, este lugar es tan voluble pero estable. Curzon... Recuerdo haber visitado este cine una vez solo por diversión, y terminé yendo solo por un par de años.

"¿Algo mal?" Hermione me jaló un poco de la mano.

"No," negué con la cabeza. "Vamos."

No esperaba que un paseo tan repentino fuera tan interesante. Simplemente dando vueltas por aquí y por allá, sin ningún plan y análisis preliminar con cálculos. Cuando casi cada paso es impredecible, y el deseo de ir a un centro comercial o sentarse en un buen restaurante chino es fruto de la impulsividad. Fue divertido ver a Hermione en un restaurante chino. Los palillos son malvados. Pero no se puede ignorar y no probar el pato a la pequinesa en un restaurante donde se considera casi el plato principal. Y recuerdo este lugar de esa misma vida pasada... Estoy a punto de empezar a quejarme de los flashbacks.

Otra cosa divertida fue que la camarera del restaurante, de cara redonda y no muy agradable, se olvidaba constantemente de nuestra existencia, mirándonos con un desconcierto que pasaba rápidamente, la mesa puesta y medio vacía y, en general, probablemente muy dudosa sobre su salud mental.

Cuando oscureció, salimos de un barrio chino tan interesante e inusual en Soho, después de haber comprado un par de bolsas de diferentes tés, entre los cuales estaba muy feliz de comprar Tieguanyin; en mi tiempo me gustaba probar y encontrar oolong, que yo me ha gustado mucho. Ahora me pregunto si este té seguirá sintiéndose igual.

De vuelta en Shaftesbury Avenue y pasando por el Palace Theatre, no pude evitar reírme al recordar el murmullo en torno a "The Cursed Child". Era como si esos carteles amarillos con el nido se alzaran ante mis ojos. Estos recuerdos también despertaron algunos temores: ¿y si esto sucede? Bueno, a excepción de Hermione, de piel oscura, su piel clara es una constante.

Cuando pasamos por la Capilla Bautista del Soho, que aún no ha sido entregada a los chinos y es, de hecho, una Capilla Conmemorativa en el Gower, surgió por sí misma una conversación sobre planes futuros.

"No lo sé," Hermione se encogió de hombros, sosteniendo su mano en el hueco de mi codo. "El deseo de rehacer todo lo que me rodea lucha con el deseo de estudiar magia, inventar algo interesante. ¿Y tú?"

"Siempre quise estar lo más lejos posible de la política".

"No eres tan bueno en eso..." la chica sonrió, arreglando el cuello de su abrigo con su mano libre, la cual se estremeció con la repentina ráfaga de viento.

"Bueno, sí... No tengo muchas opciones. Las personas siguen siendo personas en todas partes, siempre tratando de causar problemas. O eres lo suficientemente fuerte, pero nadie lo sabe, y constantemente tienes que decirles lo equivocados que están". fuerza, o lo haces públicamente, pero luego empiezas a jugar según las reglas de la sociedad. No quiero que circulen rumores tan malos sobre mis camaradas o sobre mí, así que tengo que involucrarme..."

"¿Así que también estás pensando en hacer algo científico?"

"No realmente. Para aprender magia. Quiero describirla con precisión desde un punto de vista científico algún día, construirla en la imagen del mundo. Pero por ahora, verás, tienes que ser fuerte. De hecho, eso es lo que Hablé en el tren de la primera vez que fuimos a Hogwarts.

"Cada vez más fuerte, sí..."

Después de deambular por las aún concurridas calles de Londres, a pesar de lo tarde que era, nos aparecimos en Hogwarts.

"La próxima vez, al cine," asintió Hermione mientras caminábamos hacia el castillo. "Porque con toda esta magia, estoy empezando a olvidar cómo es una pantalla de cine".

"Está bien", le devolví la sonrisa. "Tendré que mostrarte la casa donde vivo ahora en algún momento".

"¿Eso es una invitación?" la chica me miró con una especie de expresión juguetona en su rostro. "¿Para el té? ¿Y qué vamos a hacer en tu casa?"

"Leer libros, ¿qué más?" Me encogí de hombros, escondiendo una sonrisa. "Hay una gran biblioteca allí".

"Touché...."