Harry Potter : Nuevo Mundo [2]

Capítulo 350

El sábado por la mañana comenzó con los ejercicios físicos, pero no había ganas de salir - la nieve no congelaba, pero estorbaba, al igual que el barro bajo los pies. Justo antes de comenzar mi sesión de entrenamiento, le pedí a Rowena que optimizara mi conocimiento de la transfiguración, pero que no aislara el proceso de pensamiento en sí. Esta era una maniobra que aún no habíamos hecho y resultó ser una experiencia bastante interesante. Era como tener pensamientos mal controlados cuando intentas no pensar en nada: imágenes, imágenes, textos y otra información parecían dar vueltas y vueltas en mi cabeza sin mi participación, volviéndose más y más ordenadas poco a poco. Justo antes de que terminara el entrenamiento, le pidió a Rowena que tratara de transformar una característica de las habilidades de transfiguración del Arquitecto en una especie de hechizo.

Una ducha después de un entrenamiento es algo común, sin lo cual es difícil imaginar el comienzo de mi día. Pero antes de ir allí, le pedí a Timmy, el elfo doméstico que conocía, que me preparara el desayuno para el viaje. No sé cómo resultarían las cosas, y no me gusta el hambre, me incomoda demasiado. .

En la habitación donde los otros chicos todavía dormían, rápidamente revisé para asegurarme de que tenía todo en mi bolso habitual con amuleto de extensión y me aseguré de que estaba a salvo de sorpresas con el equipo que tenía. Me vestí con mi traje negro de tres piezas, abrigo y bufanda, me colgué el bolso al hombro y salí de la habitación.

Hermione ya estaba sentada en nuestro sofá en la sala común, y cuando me vio, inmediatamente se levantó, se acercó y me abrazó.

"Muéstrales a todos", dijo la chica con una sonrisa, sin olvidar darme un beso fugaz en los labios, alejándose rápidamente.

"Haces que suene como si fuera a una pelea, no a un examen".

"Nunca se sabe," Hermione se encogió de hombros con una sonrisa.

"Está bien, no te aburras aquí".

Me dirigí a la salida de la sala común con un paso rápido, aplicando simultáneamente complejos de hechizos de ocultación. Aunque todavía era temprano en la mañana, ya era posible encontrarse ocasionalmente con estudiantes y profesores apurados por sus asuntos.

El aire fresco de la mañana de invierno enfrió agradablemente la cara, pero desafortunadamente, la nieve ya había comenzado a derretirse, dejando un poco de suciedad. Por un lado, me gusta el clima sombrío inglés, pero por otro lado, claramente carece de un invierno normal, por lo que el mar de nieve crujía bajo mis pies y, por la mañana, el aire resonaba por la escarcha. Todo aquí es sombrío y viscoso, y la nieve no permanece mucho tiempo en invierno.

Rápidamente llegando a las "Tres Escobas", donde casi no había clientes, y Madame Rosmerta claramente estaba conjurando algo en la cocina, me quité el disfraz. Me acerqué a la mesa del fondo, donde, según la tradición, escuchábamos las conferencias de Lady Greengrass. Esta vez ella también estaba allí, con un largo vestido negro y un elegante abrigo negro, pero, según la tradición de los magos, con capucha. Mientras me acercaba, claramente sentí por arte de magia que era Delphine y, a juzgar por su mirada, que decía reconocimiento y alguna confirmación de este mismo "reconocimiento", Delphine tampoco está privada de tal talento.

"Lady Greengrass," asentí cortésmente y sonreí. "El contenido de su carta me sorprendió mucho".

"Sr. Knight", Delphine sonrió y, arreglándose la gruesa trenza de cabello rubio en su hombro, se levantó de la mesa. "A mí mismo me tomaron por sorpresa las noticias del Gremio, y hubo que organizar muchas cosas a toda prisa. No tenemos mucho tiempo".

Sin esperar mi respuesta, Delphine se dirigió a la salida y yo la seguí. Justo afuera del umbral del establecimiento, Delphine me tendió la mano, sosteniendo una simple cadena de plata.

"Agárrate fuerte."

Tan pronto como tomé la cadena y asentí con la cabeza lista, Delphine dio la orden verbal, "Portus", y nos desplazamos espacialmente y, a juzgar por la velocidad, el portal era realmente intercontinental. Después de un rato, nos encontramos en una espaciosa plataforma circular en medio de una sala abovedada con frescos en el techo. La iluminación no era la mejor, solo a la altura humana, y era problemático ver los frescos. Pero los muros de piedra amarillenta y las columnas que subían eran claramente visibles. Rápidamente caminamos hacia las altas pero estrechas puertas de madera de doble ala con enormes soportes de metal negro.