6

959 114 10
                                    

La sala estaba en un incómodo silencio. Mikey y Emma sentían mucha vergüenza de haber tenido que cargar a su hermano mayor, ya que sus piernas no funcionaban correctamente en ese momento. Draken y Chifuyu preferían encogerse en sus lugares y fingir que no existen. Takemichi era el único que veía entre su padre y su anfitrión, le recordaban a dos niños enamorados, que no podían ni verse a los ojos y eso era muy sospechoso. Y los adultos del lugar tenían diferentes crisis mentales. — ¿Se conocen? — Se atrevió a realizar la pregunta, había algo en el ambiente que aún no sabía identificar.

— No.

— Sí. — Respondieron al mismo tiempo, Wakasa aclaró su garganta, todos los adolescentes les miraban confundidos.

— Bueno, sí, lo conozco. — Shinichiro trato de disimular que ser negado por Wakasa no le había dolido.

— ¿De dónde se conocen? — Curiosa pregunto Emma.

— Nosotros dos salia...

— Nos conocimos desde que éramos niños y bueno, perdimos comunicación cuándo me tuve que ir de aquí, ya sabes, por la farmacéutica. — Le explico Wakasa, no había sido sutil en su forma de opacar al pelinegro.

— Ah. — Shinichiro tenía la decepción pintada en su rostro y Wakasa sentía que lo consumía la culpa.

— Ya veo. — Takemichi seguía observando analíticamente a los adultos.

— ¿Y qué estaban planeando hacer? — La voz de Wakasa llamó la atención de los menores, Emma aclaró su garganta para hablar.

— Vamos a tener una pijamada y mi hermano iba a pedir pizzas.

— ¡Las pizzas! — Exclamó, sorprendido por haber olvidado aquél detalle.

— ¡Que todas tengan extra queso y carne! — Gritó emocionado Mikey.

— ¡Shin-nii, yo quiero peperoni con champiñones! — Insistió Emma mientras veía al mayor hacer una llamada. — ¡También pide una para Izana!

— ¡Carne!

— ¿Van a pedir pizza?

— ¡Izana! — Exclamaron los menores al ver a su hermano llegar, acompañado.

— Shin-nii, pide dos vegetarianas, están aquí los hermanos Haitani y sabes que Rindou y su novio prefieren la vegetariana.

— ¿Souta? — Mikey buscó al gemelo entre la gente.

— Hola comandante. — Wakasa observó cómo la multitud de adolescentes incrementaba y parecía que todos se conocían.

— ¡Yo también estoy aquí!

— ¡Nahoya!

— Take. — Llamó suavemente, capturando la atención de su hijo rápidamente, quién se veía emocionado por ver tanta gente.

— Dime.

— ¿Estás cómodo?

— ¿Qué?

— Hay mucha gente y tal vez deberíamos ir a cenar a otro lado, para que tengas más paz, también para no molestar a Shinichiro. — Wakasa relamio sus labios mientras veía la expresión de su hijo caer en decepción y molestia. — Es que son mucho niños amor.

— ¡Takemicchi! — La risueña voz de Mikey opaco la voz de Wakasa. — ¿Qué estás haciendo? Mi hermano está preguntando si quieres algo. Pero yo le dije que quieres papas fritas, las más grandes que tengan.

— ¿Pediste papas fritas por mi? — Preguntó con ilusión.

— Obviamente, soy el mejor guía. — Orgulloso presumió y Takemichi río ante eso. — Ahora ven, te voy a presentar a mis amigos y los amigos de Izana. — Mikey había tomado la mano del ojiazul, ignorando aquél agradable escalofrío que invadía su piel siempre que se tocaban, emocionado por llevarlo con su gente, pero Takemichi borró su sonrisa y no se movió de su lugar. — ¿Takemicchi?

Consanguineidad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora