13

501 81 13
                                    

— ¿Le dijiste? — El largo suspiro que expulso de su sistema le confirmaron a la mujer que no.

> Lo intento, pero no puedo.

— ¿Es acaso necesario que deje todo aquí y vaya personalmente ahí?

— ¡NO! — La mujer parpadeo ante los gritos que escucho, estaba segura que uno venia de su hijo, pero, ¿los demás? Observo a sus trabajadores que evitaban su mirada.

— No puede ser. — Suspiro al entender.

> Mamá, no puedes interferir, esto es mi responsabilidad, debo hacerlo yo.

— Lo sé, pero siento que estas dejando pasar el tiempo apropósito.

> No es eso, es solo que.

— ¿Qué sucede?

> Cada día que pasa lo siento más complicado decirlo y con Takemichi siendo ausente cada día me hace estar con él.

— Espera, deja ver si entiendo.

> ¿Qué cosa?

— Estas diciendo que como mi adorado nieto te deja de lado, te estas relacionando nuevamente con él, ¿entendí bien?

> Sí.

— Cariño, no me digas, ¿te volvió a gustar el papa de tu hijo?

> Espera, ¿qué cosas estas insinuando?

— ¿Yo?

> ¡Sí!

— Nada, solo lo obvio, te volvió a gustar. Ay Wakasa, pensaba que te parecías a tu difunta madre, pero veo que eres más similar a mí de lo que me gusta admitir.

> ¿Qué quieres decir?

— Tu madre era esa clase de mujer que se encerraba un par de horas con una taza de algún té, reflexionando. Ella decía que las personas somos un espejismo de los demás, creo que, por eso, cuando yo decía que tú te parecías a ella, esa dulce mujer solamente reía y negaba diciendo que no.

> Mamá.

— Estoy bien, estoy bien, pero hijo mío, no te arrepientas, cada acción que tomes piénsala como si fuera la última, vive tratando de no tener arrepentimientos al final. — El silencio se prolongó, empezando a ser un poco incómodo. — ¿Y mi nieto?

> Bueno, hoy será noche de cocina.

***

— ¿No sienten que Mikey se comporta extraño? — Mitsuya interrogo, obteniendo miradas confundidas de parte de sus amigos. — Vamos, no ignoremos al enorme elefante rosa que está en la habitación.

— ¿No era blanco?

— No me corrijas Hakkai.

— Lo siento Taka-chan.

— ¿Raro?

— ¿Cómo? — Mitsuya suspiro y señalo a la cocina, dónde Takemichi intentaba cocinar con ayuda de Chifuyu, Inui y Souta, teniendo a Mikey demasiado pegado a él.

— Es Mikey siendo Mikey. — Baji le restó importancia y siguió viendo la televisión, Kazutora lo pensó un poco más.

— Se comporta como cuando va a recibir un regalo.

— No sabía que a los regalos se les decía casi como un rezo que prometan que no lo dejaran. — Rindou intervino.

— ¿Qué quieres decir? — Cuestiono Draken.

Consanguineidad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora